En todas partes resuenan los “nuevos conceptos”: fin de ciclo, crisis sistémica, implosión del sistema; expresiones que no alcanzan a mostrar la magnitud de aquello que se intenta describir, por más que se haya pretendido detener el proceso histórico.
Hasta mediados del siglo XX, antes de la irrupción de la informática, la linealidad de un sistema “x” permitía a los investigadores hacer suposiciones matemáticas y aproximaciones, obteniendo un cálculo sencillo de los resultados. Aquel mundo racional y monolítico se hizo hegemónico en occidente, extendiéndose a todo el planeta a través del colonialismo, como el sistema “civilizador” por excelencia, con el consiguiente deterioro de otros conocimientos: culturales, técnicos, espirituales, etc.
Posteriormente nos hemos ido aproximando a una época de máxima concentración de poder arbitrario con características de imperio mundial ya sin posibilidades de mayor expansión.
Situación descrita por Silo en sus “Cartas a mis amigos” como “colapso del sistema global”, que ocurrirá por la lógica de la dinámica estructural de todo sistema cerrado en el que necesariamente tiende a aumentar el desorden.
¿En qué punto de la espiral de la tormenta nos encontramos? Desde los años 70, la ciencia ha tratado de encuadrar el tema a través de la predicción matemática de los “sistemas no lineales”, pero el resultado ha sido bastante insatisfactorio. Por lo pronto, estos sistemas no son comprensibles desde la suma de sus partes y sus comportamientos son extremadamente difíciles de predecir. Las olas gigantes son un ejemplo de comportamiento caótico de algunos de estos sistemas no lineales.
Para referirse a la situación actual de España el periodista Rafael Poch la definió como “incubación de la tormenta perfecta” en su artículo “Mundo Revuelto” del 17 de octubre, describiendo el momento actual como como un “big bang” en el que saltan por los aires todas las instituciones sobre las que se apoyó la transición. 1
Los ingredientes de esta tormenta, son la corrupción –como muy bien sabemos– que abarca a todo el sistema: desde la monarquía, al poder judicial, al poder político en todos sus estratos, llegando hasta las “inocentes” ONGs. Todo ello en un contexto social de paro, precariedad, rapiñería empresarial y maltrato por parte de los diversos ministerios que conforman “lo público”. A ello hay que sumar la falta de motivación por lo común, la desconfianza y el estado de violencia interna en el que se encuentra sumida mucha gente. Un paisaje social en el que las “nuevas generaciones” están acorraladas con el futuro secuestrado.
Pero 2015 será diferente…
Precisamente el Partido Popular en el poder ha alcanzado cotas de corrupción y de impunidad nunca vistas, merced a una mayoría absoluta obtenida en los comicios de 2011; éxito electoral que el PP ha utilizado con un estilo próximo al “golpe de estado”, vetando a periodistas, a medios de comunicación, clausurando todo diálogo… Este estilo propio le ha caracterizado desde su tierna infancia a la sombra del régimen franquista, o en la legislatura de Aznar (1990-2004) o en la actual de Mariano Rajoy, obviando mención particular a un terrible séquito de ministros déspotas, tan carentes de vocación y de sensibilidad como sobrados de oscuros intereses.
Pero este gobierno, al parecer, sí es del agrado de la Troika, puesto que las “barbas a recortar” parecen ser ahora las de Grecia, Italia, Portugal, y sorprendentemente Francia o Alemania, tras el último test de estrés realizado por el Banco Central Europeo, cuyos datos se dieron a conocer el 26 de octubre.
De otra parte, la actitud de la Comunidad Europea hacia Rusia, de desdén y de auto-sacrificio –a raíz de unas sanciones que principalmente perjudican a la exportación de productos de la CE– no deja muy claro si los entes que conforman la Troika (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) están al servicio de la estabilidad y el progreso en Europa o están al servicio de la maquinaria de guerra anglosajona y sionista. Hoy sabemos, merced a los datos macroeconómicos 2 que tal maquinaria, representada por la OTAN, con un sinfín de escenarios abiertos y ejércitos terroristas a su servicio, es el único hilo de prosperidad del que pende la declinante economía de EEUU.3
Jorge Beinstein, detalla esta situación en un reciente artículo. “El militarismo es asumido por la clase dominante norteamericana como la “solución” a sus problemas buscando así someter a sus aliados-vasallos de la OTAN, acorralar a Rusia y a China, sumergir en el caos a países de todos los continentes y así tomar posesión de una amplia variedad de recursos naturales de la periferia, desde el petróleo y el gas hasta llegar al coltan, al litio o al oro. Esa andanada de agresiones comienza a transformarse en un súper boomerang que golpea a la cabeza del imperio acosado por deudas y amenazas inflacionarias y recesivas.”4
Volviendo a las barbas de los vecinos… ¿Qué ocurrirá si en España llega al poder un partido que no sea del agrado de los “mercados internacionales”? ¿Cuánto se podría hacer girar al alza la manecilla de la “prima de riesgo” para llevar a España a una situación de vértigo?
Muchos medios han convenido en afirmar que “Podemos” ganará las próximas elecciones generales. No deja de sorprender esa insistencia para referirse a un partido supuestamente “antisistema”. Siempre nos quedará la duda –o no– de si el movimiento “15M” fue fabricado en un laboratorio o se debió a la pura y espontánea indignación. Pero eso es algo que a estas alturas a nadie importa ya, puesto que los argumentos para mayores indignaciones no hacen más que aumentar.
No sabremos a ciencia cierta –o sí– de donde salió aquella efervescencia primaveral en 2011, que en otras latitudes arrasó con la “unidad africana”, con la emergente banca árabe y que continuó, fabricando “revoluciones de colores” hasta azuzar el fundamentalismo islamista y el nazismo, llegando hasta la frontera de Rusia.
Lamento tener que recordarlo, cuando tanta gente ha depositado sus esperanzan en “Podemos”, supuesta expresión del 15M… Y bien, estamos predispuestos a pasar por alto todo ese entramado surgido de las profundidades de Internet (con no pocos recursos de Washington, tal como se ha reconocido): Occupy, Anonymous o Arab Spring. Claro que los seguidores de esas neo expresiones “sociovirtuales” deberían hacer su parte desmarcándose de las movilizaciones de Maidan y de tanta “mediática revolution” con las que el imperialismo ha alimentado a sus Thinktanks, justificado genocidios para la desestabilización y el expolio de recursos en Oriente Medio y África.
Aunque también me alegra decir que, recientemente, Pablo Iglesias ha comenzado a desmarcarse, por ejemplo en sus declaraciones en el Parlamento Europeo el 18 de septiembre, en referencia al papel no beligerante de India, China y Rusia ante la invasión de Libia que protagonizó la OTAN con el apoyo de la UE. También le honra su relación con Venezuela.
Fragmentación del Estado español
Reenfocando el zoom en nuestro mundo más cercano, Cataluña, por ahora, se está escabullendo del fenómeno político de moda, inventando otra posibilidad, su independencia. Hoy esta posibilidad es acariciada con la yema de los dedos por un nacionalismo que durante siglos se ha mantenido en el sustrato social, más o menos aletargado. Tampoco podremos saber con certeza en qué modo, despertó justamente ahora y con semejante cobertura mediática mundial. Pero eso es algo que –por ende– tampoco nos importa ya.
En Cataluña diversas agencias sitúan a Podemos rebasando a PP, ICV, C’s y CUP en intención de voto, pero todavía lejos de ERC y CIU. Así que la independencia de Cataluña se visualiza posible como un proceso de negociación en el que Podemos podría gobernar en España y necesitaría mejorar su posición en Cataluña. Pero si esa posibilidad aparece como idílica, otras dan un escenario ciclogénico en el que caben otras hipótesis.
Resulta impredecible saber la reacción de los “poderes fácticos españoles” que desataron la Guerra Civil de 1936, si finalmente el parlamento se convierte en una institución donde se ejerce la “democracia real” o se promulgue la República (o federación).
Ante una reacción militar ¿Qué ejército defendería a Cataluña? –De otra parte, ello develaría algunas incógnitas del proceso independentista catalán y de su resurgimiento allá por 2011. En analogía, no deja de sorprender el desmarque de Cataluña en lo referente a los procesos independentistas de Crimea, Donetsk o Lugansk mientras se cita insaciablemente al “excelente demócrata David Cameron”. ¿Sería un ejército sionista el que vendría en nuestra defensa?
Ciertamente, estas especulaciones son inciertas y difíciles de predecir, tal como ocurre con los sistemas no-lineales.
Fundamentación del optimismo y del nacionalismo
Por perfecta que sea la tormenta, a estas alturas, no podemos más que apoyar a Podemos y al independentismo catalán, pues ambos fenómenos ya han cobrado dinámica histórica. La historia nos enseña que los pueblos avanzaron reclamando sus derechos frente a los poderes establecidos. El progreso social no se produjo porque la riqueza acumulada por un sector luego haya desbordado automáticamente “hacia abajo”. Que los pueblos quieran constituirse como tales, es un signo de respuesta evolutiva que se contrapone a caos y al individualismo. Lo importante es el proceso que se abre no las siglas de los partidos que hoy lo promueven.
“Así como el proceso de las estructuras tiende a la mundialización, el proceso de humanización tiende a la apertura del ser humano, a la superación del Estado y del Paraestado; tiende a la descentralización y la desconcentración a favor de una coordinación superior entre particularidades sociales autónomas. Que todo termine en un caos y un reinicio de la civilización, o comience una etapa de humanización progresiva ya no dependerá de inexorables designios mecánicos sino de la intención de los individuos y los pueblos, de su compromiso con el cambio del mundo y de una ética de la libertad que por definición no podrá ser impuesta. Y se
habrá de aspirar no ya a una democracia formal manejada como hasta ahora por los intereses de las facciones sino a una democracia real en la que la participación directa pueda realizarse instantáneamente gracias a la tecnología de comunicación, hoy por hoy en condiciones de hacerlo.” 5
En lo referente al nacionalismo algunos movimientos históricos internacionalistas experimentan dificultades para aceptarlo. Quizá las siguientes ideas en el seno de la corriente humanista a finales de los 90 (expuestas aquí a modo de resumen), sirvan para desanquilosar conceptos que requieren de otra profundidad.
Suele confundirse “globalización” con “mundialización”, pero normalmente la primera se refiere a la economía y a la “Company” orientada hacia la homogeneización, la destrucción de las culturas, la eliminación de la diversidad, etc. Mientras que la segunda implica precisamente la diversidad cultural, regional, nacional, e intrarregional.
La Historia va en la dirección de las grandes regiones, hacia la nación humana universal (muestra de ello es el proceso de los países que conforman los BRICS). El punto está en la función con que pueden cumplir los estados nacionales en esta etapa. Estados arrasados por multinacionales y mil formas de dependencia. Pero sería del todo erróneo confundir el Estado nacional con la nación, el gobierno con el pueblo y cosas semejantes.
Si algo queda en lo nacional, no está en los estados nacionales ni en las dirigencias cómplices de estos estados dependientes; lo nacional está en la base cultural de lo que fueron los países.
Está en el estilo social, en la formas de lenguaje, en el modo de relación humana, en usos y costumbres, en aspiraciones generalizadas.
A estas alturas, es profundizando en los códigos nacionales desde donde se pasará a regionalizaciones no uniformantes y desde las cuales se pueda acometer la etapa final de esta civilización. En otras palabras: no importa lo que hagan las dirigencias traidoras, no importa para qué “Company” trabajen los políticos. En lo que hace a nosotros, reivindicar y fortalecer los códigos nacionales propios es la dirección.
Los partidos humanistas son internacionalistas en su dirección final, pero no son globalizadores. Allí donde se muevan nuestros partidos el mejor servicio que prestarán a su pueblo y a la causa común será la de ser instrumentos de sus respectivas naciones. Brasilizar el partido, chilenizar el partido, peruanizar el partido y así siguiendo, es la mejor dirección y la más digna… ¡Que los bienpensantes se horroricen de lo nacional y popular! Nosotros sabemos que allí están los códigos dormidos.
“El Foro Humanista es internacionalista, pero ¿quiere decir esto que en razón de su ecumenismo descalifica lo regional y lo puntual? ¿Cómo podría descalificarse a alguien porque ama a su pueblo, ama a su tierra, ama a sus costumbres, a su gente, a sus tradiciones? ¿Podríamos endilgarle el simple epíteto de ‘nacionalista’ para dejar luego de considerarlo? Porque amar las propias raíces es también ser generoso en la consideración del trabajo y el
sufrimiento de las generaciones anteriores. Únicamente ese ‘nacionalismo’ se distorsiona cuando la propia afirmación es en desmedro del reconocimiento de otras colectividades, de otros pueblos”. 6
Estas son ideas que conviene refrescar porque, desgraciadamente, los irresponsables del “Sistema” preparan su ofensiva homogeneizadora y con ello están desatando una guerra feroz entre culturas y regiones. La mejor manera de enfrentar esta nueva etapa es apoyándonos en los códigos culturales de cada nación del mundo.
El nacionalismo catalán se ha convertido en una nueva causa para muchos, en un nuevo estímulo que ilusiona a la gente, en un impulso de hermandad entre emigrantes y autóctonos. Lo mismo que está ocurriendo con Podemos, donde los participantes hablan de “algo nuevo” con un nuevo aliento que se proyecta hacia lo social.
Entonces, lo quieran o no, todo ello se parece a la desobediencia de Rusia al enfrentarse a un imperio inmensamente vandálico, a la China de Confucio y Sun Tzu, o a la emergente Latinoamérica que ya no se doblega.
¡Olviden a Cameron! el destino posible de Cataluña y de España va unido al de los nuevos procesos mundiales de insurrección. Los individuos, supuestos actores del ahora, son efímeros.
En su lugar, todo adquiere su sentido en el futuro, porque lo que queda a la larga es la expresión de la historia en su tendencia evolutiva.
NOTAS:
1-Rafel Poch. “Mundo revuelto” http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2014/10/17/mundo-revuelto-39208/
2-Alfredo Jalife. Dramático cambio del PIB global: ¡China supera a EU y el BRICS rasguña al G-7! http://www.alfredojalife.com/dramatico-cambio-del-pib-global-china-supera-a-eu-y-el-brics-rasguna-al-g-7/
3- Manlio Dinucci. “Se dispara el negocio del armamento” http://www.voltairenet.org/article185695.html
4- Jorge Beinstein. “Cambios decisivos en el sistema global” http://alainet.org/active/78432
5-Silo.“Cartas a mi amigos”, 4ª carta, capítulo 8. La violencia, el Estado y la concentración de poder.
6- Palabras pronunciadas en Moscú en el Foro Humanista de 1993.