Declaración del IV Simposio del Centro Mundial de Estudios Humanistas, Noviembre 2014
En camino hacia la libertad
Desde el comienzo de su historia la humanidad evoluciona trabajando para lograr una vida mejor. A pesar de los avances, hoy se utiliza el poder y la fuerza económica y tecnológica para asesinar, empobrecer y oprimir en vastas regiones del mundo destruyendo además el futuro de las nuevas generaciones y el equilibrio general de la vida en el planeta.
Sin embargo, al tiempo que la aspiración de un mundo más justo y humano parece alejarse día a día, va emergiendo también una nueva sensibilidad que comprende la crisis como una etapa de transformación y posibilidad, proponiendo nuevas formas y conductas en reemplazo de caducas estructuras que ya no sirven de referencia. Estas posturas superadoras van abriéndose paso en el corazón de las personas pero no llegan a configurar aún el mundo nuevo en la superficie social.
Para que el Ser humano pueda seguir su evolución hacia la libertad y el aumento de la felicidad personal y social, es necesario que crezca y se afirme el Buen Conocimiento.
El Buen Conocimiento libera
El Buen conocimiento surge ya en los inicios de la Historia humana para dar respuesta a las carencias de la especie. Su dirección implica la transformación de condiciones dadas que provocan dolor y sufrimiento. El Buen Conocimiento asume la clara intención de rebelarse ante el absurdo de la muerte, yendo mucho más allá de los límites impuestos por la apariencia de un estado natural definitivo e inamovible. Toda esta búsqueda en pos de superar supuestos determinismos adversos tiene como objetivo la ampliación de la libertad humana.
El Buen Conocimiento comparte
Los avances en el conocimiento son fruto de la acumulación de intenciones humanas. Son propiedad de la especie humana en su conjunto. El acceso a la utilización del conocimiento no puede, por tanto, estar sujeto a ningún condicionamiento. El Buen Conocimiento rechaza todo intento de monopolizar o restringir el aprovechamiento del conocimiento para mejorar la vida humana, declara la nulidad de su apropiación por cualquier sector particular, denunciando con énfasis las intenciones excluyentes de los grupos de poder. Estos grupos no sólo pretenden el dominio sobre el mundo objetal sino que además intentan controlar la subjetividad humana a través de la apropiación de los medios de comunicación, difundiendo modelos y valores violentos, manipulando la información y pretendiendo silenciar todo intento de cambio.
El Buen conocimiento proclama la propiedad común y abierta sobre Ciencia, Tecnología y Saber, impulsa la colaboración y el trabajo conjunto para el bienestar de toda la Humanidad.
El Buen Conocimiento lleva a la Justicia y a la Reconciliación
El Buen Conocimiento se opone a todo tipo de violencia, sea ésta física, económica, racial, religiosa, psicológica, moral o de cualquier otro tipo. Por ello, el Buen Conocimiento lucha contra la injusticia y aspira a un mundo de igualdad de derechos y de efectivas oportunidades para todos sus habitantes.
Así como la violencia tiene su raíz en la negación de lo humano, el Buen Conocimiento afirma la actitud compasiva que surge del reconocimiento de la humanidad en los otros como inseparable de la propia. De esta manera, el Buen Conocimiento proclama como punto de partida de toda conducta válida y como eje moral indubitable, el principio que dice: “Si tratas a los demás como quieres ser tratado, te liberas”.
Al mismo tiempo, manifiesta la necesidad de superar la venganza manifiesta o larvada como forma de purificar el pasado, proponiendo asumir una actitud consciente de reconciliación personal y social.
El Buen Conocimiento hermana
Así como la especie se ha ido adaptando crecientemente frente al medio, diversificando tácticas evolutivas, así también los pueblos fueron ampliando el conocimiento utilizando variadas ópticas. La pretensión de uniformar una sola vía al conocimiento es producto de la violencia de la imposición de un único modelo cultural. El Buen Conocimiento impulsa el enriquecimiento mutuo que supone la multiplicación y el intercambio de saberes diversos, celebrando la fraternidad a la que conduce el reconocimiento del aporte de cada uno de los pueblos.
El Buen Conocimiento inspira
Desde siempre el ser humano buscó dar un sentido creciente a la propia vida. Esto lo llevó no sólo a indagar lo circundante, sino también a profundizar en su interior. Así el Buen Conocimiento se dirige también a develar lo sagrado, investigando los fenómenos que se presentan en la conciencia como inspiradas intuiciones provenientes de lo profundo.
Así como la ciencia ha constituido un factor esencial para la ampliación de las posibilidades humanas, también la espiritualidad colabora con el crecimiento de la vida al liberarse de la superstición y el dogma, mostrando caminos hacia la inmortalidad. De este modo, el Buen Conocimiento postula la superación de ingenuas contraposiciones, integrando lo terreno y lo eterno, el placer y la virtud, lo material y lo energético, complementando lo fenoménico hacia la unidad.
El Buen Conocimiento impulsa a saltar por sobre los prejuicios aceptados como verdades inconmovibles, propiciando el cambio hacia un futuro siempre nuevo e ilimitado.
El Buen Conocimiento humaniza
El Buen Conocimiento difunde la actitud de no violencia activa como el modo de superar la inmoralidad que representa utilizar el conocimiento para inmovilizar, controlar o destruir la vida humana.
Propone la transformación social y personal simultánea para desarmar todo factor involutivo y colocar a la vida humana en su dimensión existencial, permitiendo a todo Ser Humano preguntarse libremente por el sentido de su vida.
El Buen Conocimiento, en síntesis, proclama la necesidad y la magnífica perspectiva de hacer de la Humanización del mundo un proyecto compartido. La imagen de una Nación Humana Universal es el horizonte que sintetiza las mejores intenciones del Ser Humano en camino hacia la felicidad, la compasión, la libertad y la inmortalidad.