Dos fechas trágicas: 2 de octubre 1968 y 26 de septiembre de 2014. Hoy, como ayer, un baño de sangre se cierne sobre nuestro país. Aunque nunca se fue, el fantasma de las desapariciones forzadas de jóvenes vuelve a cabalgar dramáticamente en Guerrero.
El asesinato extrajudicial y la desaparición forzada de estudiantes de Ayotzinapa sacude nuestra nación. Ignominia sobre ignominia, a los normalistas rurales que estudian en esa escuela y que fueron víctimas de una pavorosa agresión se les quiere convertir en victimarios. No contentos con quitarles su libertad y su vida, se sataniza su centro escolar y su tradición, y se les quiere presentar como responsables del salvaje ataque que sufrieron.
En México, delincuentes y policías han terminado por ser lo mismo. Políticos, empresarios y crimen organizado se protegen unos a otros. Como lo muestra Iguala, un pacto de impunidad cubre a la clase política en todos los niveles. Su corrupción, sus tropelías y sus vínculos con los cárteles no tienen castigo. Unos a otros se protegen las espaldas.
El país entero está de luto. Paz y Democracia acompaña a los padres, familiares y compañeros de los muchachos asesinados y desaparecidos en su dolor. Exigimos la presentación de vida de quienes se llevaron y el castigo a los responsables. Llamamos a defender el normalismo rural y a defender la educación pública. Demandamos el fin del pacto político de impunidad.
Pablo González Casanova, Rodolfo Stavenhagen, Alfredo López Austin, Miguel Concha, Magdalena Gómez, Miguel Álvarez Gándara, Gilberto López y Rivas, Dolores González, Pablo Romo, Alicia Castellanos, Carlos Fazio, Ana Esther Ceceña, Luis Hernández Navarro, Guillermo Briseño, Héctor de la Cueva, Jorge Fernández Souza y Óscar González