Durante la semana pasada, en La Paz, Bolivia, se realizó el Foro de Sao Paulo, que reúne a partidos y grupos de izquierda latinoamericanos. Este foro fue fundado por el Partido de los Trabajadores de Brasil, en Sao Paulo en 1990. Su objetivo está centrado en aunar esfuerzos para debatir y converger en una mirada sobre el escenario mundial y las políticas internacionales imperantes, especialmente en relación a lo que ocurre en Latinoamérica y el Caribe. El análisis se centró en las consecuencias del neoliberalismo sobre los pueblos. Y en particular, este Foro se orientó hacia la integración de los países. En él participó el Partido Humanista, representado por su presidente, Octavio González y el encargado del las relaciones internacionales del Equipo Coordinador Nacional del partido, Joaquín Arduengo. A quien entrevistamos en la siguiente entrevista.
¿Por qué era relevante participar en el Foro de Sao Paulo?
Es relevante participar en el Foro, porque se trata de un ámbito de trabajo de carácter continental, en que se analiza la situación de los diversos países, en cuanto su avance hacia la democracia y la integración cultural y económica de los mismos. En el FSP se conocen las diversas posiciones frente a estos temas y se establecen contactos con agrupaciones y partidos, que nos permiten dar a conocer de modo más amplio nuestras propuestas, en relación a los temas mencionados. Actualmente agrupa a más de 100 partidos y agrupaciones políticas de izquierda, provenientes de 25 países, lo cual le otorga un carácter regional muy trascendente.
Desde la mirada humanista ¿cuál es la importancia de la integración latinoamericana?
Desde nuestra posición, la integración latinoamericana es de alta importancia, puesto que nos permite avanzar hacia acuerdos regionales como paso importante y necesario para lo que nosotros llamamos “mundialización”, entendiendo ambos estadios no sólo como la simple integración económica (que es en general lo que se tiende a entender), sino la integración progresiva de culturas. Por ello nos interesa el fortalecimiento de instancias regionales y multilaterales que vayan conformando acuerdos que permitan la integración de la que hablamos. En estos ámbitos, por ejemplo se discute acerca de educación, salud, vivienda y trabajo en los distintos países y se van conformando, todavía primariamente, acuerdos que harán posibles nuevas imágenes a futuro. Cabe considerar que muchos partidos del FSP, que antes eran expresiones políticas dentro de un país, hoy son gobiernos que promueven la integración en base a acuerdos, que en su momento fueron tratados en este espacio.
Si pensamos en la integración de los pueblos, ¿qué valor tiene la salida al mar para Bolivia?
Al perder su extensión de costa marítima tras la Guerra del Pacífico, Bolivia ha mantenido históricamente como política de estado, la reclamación territorial a Chile de una salida soberana al océano Pacífico y su espacio marítimo. Desde la fundación de la ONU en 1945, Bolivia ha solicitado a la Asamblea General considerar su petición de recuperar una salida libre y soberana al Océano Pacífico. El enclaustramiento marítimo boliviano es un problema hemisférico. Chile ha mantenido una postura de otorgar facilidades de acceso marítimo, pero sin ceder soberanía territorial. Por otra parte, la Constitución Política de 2009 establece que el Estado boliviano afirma su derecho irrenunciable a una salida al mar y que su objetivo es de solucionar el diferendo marítimo pacíficamente.
Todo esto ha ocasionado y sigue ocasionando una tensión innecesaria entre Bolivia y Chile. Por supuesto mientras ella exista, existirá una fractura en la integración de nuestros países. Solo basta considerar que el mismo FSP, en su declaración final acordó “convocar a los pueblos y gobiernos de Chile y Bolivia a superar un conflicto histórico sobre la base del diálogo y el respeto del Derecho Internacional, que pueda llevar a una solución para que Bolivia tenga acceso libre y soberano al mar”.
Cuando imaginamos esa salida marítima soberana, ¿de qué manera te la imaginas?
Por supuesto toda negociación en torno a la salida al mar para Bolivia, debe darse justamente en base al diálogo y al respeto del derecho internacional. No soy un experto en el tema, pero a mi juicio, Chile debiera establecer primeramente una disposición al diálogo, cosa que no ha tenido. En segundo lugar, y en base a esa disposición, debería entrar también en ese diálogo Perú, porque existe también un tratado (de Lima) entre Perú y Chile que especifica que Chile debe consultar a Perú antes de conceder cualquier territorio que antes fueron peruanos.
De hecho Pinochet y Banzer (ambos dictadores de los dos países), se reunieron en el pueblo fronterizo boliviano de Charaña en 1975, acordándose dar a Bolivia una pequeña franja de tierra entre la ciudad chilena de Arica y la frontera con Perú, cuestión que debido a ese tratado Perú se opuso. Entonces si existiera la voluntad política no es una cuestión imposible. Por cierto existen muchas cuestiones geo-estratégicas, pero un diálogo profundo y abierto podría resolver este conflicto que se arrastra por tan largo tiempo.
¿Cómo conciliamos en Chile las visiones respecto de este tema, sabiendo que existe un alto número de ciudadanos que no están a favor de esta resolución?
Las visiones respecto de la salida soberana al mar para Bolivia, no sólo han estado estancadas respecto de las negociaciones, sino también políticamente y eso se ha traducido en una mala información e interpretaciones históricas a menudo falsas. Se apela a un nacionalismo arbitrario y visceral, antes que a un estudio acabado e informado sobre el tema. Si existiera como dije antes, una voluntad política de integración de nuestros pueblos, esto podría revertirse en términos de una buena información y una interpretación histórica no sesgada, para comprender de raíz este problema.
Por cierto el argumento de “ganamos ese territorio en una guerra” es bastante pobre. Por lo demás, se trata de territorios que hoy día están siendo enajenados en cuanto a sus riquezas, por compañías mineras también extranjeras. No veo allí ese mismo nacionalismo al que se apela al hablar de una salida al mar para Bolivia. No olvidemos que la derecha en Chile protege esa enajenación de recursos al tiempo que es la que más rechaza las negociaciones con Bolivia. Tampoco debemos olvidar que esa misma derecha controla la mayoría de los medios de difusión, por tanto la subjetividad con que se atiende a este tema.
Foto: Con Leonilda Zurita, dirigenta del Partido MAS de Bolivia
Junto con otras organizaciones, el Partido Humanista suscribió a una declaración, respaldando el proceso de Bolivia. Más precisamente ¿a qué se comprometen con firmar esta declaración?
La Resolución adoptada por la Plenaria final del XX Encuentro del Foro de San Pablo estuvo precedida de la declaración conjunta, emitida por nosotros junto a dirigentes del Movimiento del Socialismo Allendista, el MIR y el Partido Igualdad de Chile, acompañados por Leonidas Zurita, Secretaria de Relaciones internacionales del gobernante partido del MAS. Esa declaración establece, entre otras cosas, que el dialogo entre nuestros pueblos y también entre los gobiernos, debe ser retomado en lo inmediato.
También aclaramos que nuestras organizaciones, no comparten la decisión del Gobierno de Chile, de recusar la competencia del Tribunal Internacional de la Haya, frente a la demanda de negociación presentada por el gobierno de Bolivia y que es posible asumir una salida soberana al mar para este país. Que es importante iniciar a la brevedad un dialogo y negociación bilateral directa e invitar oficialmente luego al Perú.
Nos comprometimos a fomentar el dialogo entre nuestros pueblos, desde la base de nuestra sociedad. Para ello es necesario derrotar los prejuicios, los falsos nacionalismos y chauvinismos que propician y fomentan las élites dominantes y los sectores conservadores, los que en ambos países buscan enemistar a nuestros pueblos e impedir una solución conjunta al enclaustramiento de Bolivia.
¿Qué rescatas de la experiencia, con qué vuelves a Chile?
Estoy gratamente sorprendido de esta vista a Bolivia. Allí está ocurriendo no sólo una revolución política, sino también social y cultural de proporciones, que debiera estudiarse profundamente, en especial por las izquierdas nostálgicas. Allí el arma de esa revolución es la democracia. Ha crecido un profundo respeto por la diversidad como piso necesario para los cambios que están ocurriendo. Ellos hablan de un socialismo comunitario. El concepto de “bien común” ha dejado en la práctica de ser una frase vacía de significado, y así lo entiende la gente que ha asumido la responsabilidad sobre esos bienes.
Ellos, por otra parte y fruto de su cultura, no establecen un antagonismo entre ideología y espíritu. Por el contrario, no conciben una estructura en que ambos conceptos estén distanciados y así se está expresando. Se trata de una revolución no violenta que arranca claramente desde la base social. Hay una frase que establece muy claramente lo que sucede hoy en este pueblo hermano, dicha por un dirigente campesino: “nosotros no somos hijos del MAS, el MAS es hijo nuestro”. Creo sinceramente que Bolivia está dando un ejemplo al mundo.
Después de 500 años de postergación, de discriminación, de marginación de este pueblo, algo grande está surgiendo allí. No pude dejar de recordar una frase que es muy antigua en nuestros idearios: “Aquellos que llevan el fracaso en su corazón, alumbrarán el último triunfo”.