Exigen que no se modifique la legislación en lo referente al derecho de las menores y que el Gobierno retire el recurso a la ley de plazos del Constitucional
Las asistentes reivindican que «la ley actual no sea cuestionada y que el aborto sea un derecho consolidado»
Contentas pero prevenidas. Así han salido este domingo miles de mujeres a celebrar la retirada de la reforma de la ley del aborto y la dimisión del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Lo han hecho sin olvidar el recurso que el PP tiene interpuesto en el Tribunal Constitucional contra la norma actual y la modificación que el Gobierno quiere llevar a cabo para restringir el derecho de las mujeres de 16 y 17 a abortar sin el consentimiento paterno.
La manifestación de Madrid, convocada por Movimientos Feministas, se había anunciado con motivo del Día Internacional de Acción Global por la Despenalización del Aborto antes de la retirada de la reforma. En un ambiente festivo, las asistentes celebraron haber «ganado una batalla importante», pero advirtieron también de la «necesidad de seguir luchando», reconocía Olga Sancho, una de las mujeres que se ha sumado a la marcha a pesar de la lluvia.
En el punto de mira continúan las modificaciones que el Gobierno planea llevar a cabo en lo referente a la interrupción del embarazo de las menores de 18 años. «Ese es un punto de la ley que han colado y que, con la celebración no debemos pasar por alto», pedía Cristina Martín, otra de las manifestantes. Y la proclama era extensible al resto. De hecho, para muchos y muchas es una medida que busca contentar a los «votantes más radicales» del PP.
El comentario general, ese que se oía en casi cada grupo, era la vulnerabilidad del derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad. «Se ha ido Gallardón, pero la reforma sigue en un cajón», decía Beatriz Bonete. «¿Quién nos dice que no va a llegar otro y volver a sacarlo?» se preguntaba María Sánchez.
«Los derechos pueden ir hacia atrás. Los ciudadanos están siempre en peligro. Hoy estamos aquí para reivindicar que la ley actual no sea cuestionada y que el aborto sea un derecho consolidado», exigía María Ángeles Cremades, para quien «el movimiento de las mujeres» ha provocado la parada de la reforma.
Para otras, como Martín, en la decisión del presidente Mariano Rajoy han influido varios factores. Por un lado, la presión social. Por el otro, los fines electoralistas. Bonete, de la misma idea, matiza: «La presión social ha ayudado. Ha habido recortes en muchos campos, pero cuando Gallardón se mete con las mujeres, tiene que dimitir».
La marcha ha transcurrido por la madrileña calle de San Bernardo en dirección Gran Vía hasta desembocar en Plaza de España. En el recorrido ha estado el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que ha afirmado que este es una día «para celebrar y advertir al Gobierno que retire el recurso del Tribunal Constitucional».
Durante la lectura del manifiesto, desde Movimiento Feminista de Madrid han recordado que el Gobierno defiende el derecho a la vida mientras «recorta en Sanidad, Dependencia, niega la reproducción asistida a una parte de las mujeres y se limitan las guarderías públicas y las bajas por paternidad». Por eso, han exigido que el aborto esté fuera del código penal y que esté integrado en la Sanidad Pública.
Al final, ha tomado la palabra Alejandra Burgos, de El Salvador, uno de los países con una legislación más severa contra el aborto, donde es considerado homicidio agravado y se castiga con penas de hasta 40 años de prisión, para pedir la libertad de 17 compatriotas en la cárcel por interrumpir su embarazo.