Por Heisenberg Domínguez
El Ministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador Benito Lara, ha confirmado la participación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en un estudio que abordará la viabilidad de mezclar a miembros de pandillas rivales en un mismo centro penitenciario.
Lara ha manifestado con anterioridad que el sistema penitenciario nacional no cuenta con la capacidad para mantener pandillas en reclusorios diferentes; por lo cual el Ministro de Seguridad afirmó haber solicitado a la OEA un estudio del caso pues considera que «Mezclar pandillas en penales, es una medida que hay que pensar muy bien”.
El funcionario ha sido crítico con las medidas que tomaron administraciones pasadas respecto al tema de seguridad quienes disgregaron pandillas rivales en cárceles distintas, lo que a corto plazo repotenció el accionar de estos grupos delictivos, tomando los diversos centros penales como su centro neurálgico de operaciones punibles, donde se ordenan asesinatos, extorsiones, tráfico, venta de drogas, lavado de dinero etc.
La OEA se ha mantenido expectante a los proceso de “tregua y pacificación” que han impulsado miembros de la sociedad civil y líderes religiosos con los principales cabecillas de estos grupos delictivos, como lo fue en mayo del 2013 cuando el Secretario Adjunto Multidimensional para asuntos de Seguridad de la OEA, Adam Blackwell en un acto público en San Salvador recibió un lote de 154 armas provenientes de estos grupos delincuenciales como un gesto de “buena voluntad” y apoyo al proceso de tregua entre estos grupos.
Cárceles Salvadoreñas 10 años bajo el dominio de pandillas
El pasado 2 de septiembre se cumplieron 10 años de esa segregación que entregó a las dos principales pandillas (Mara Salvatrucha y Barrio 18) el control de los principales penales de este país, eso tras estallar un motín en el reclusorio más sobrepoblado de esta nación llamado “Mariona”, cuando el 2 de septiembre del 2004, miembros del barrio 18 atacaron a reos comunes por el control de esa penitenciaría terminando con el saldo rojo de 32 muerto y 23 heridos en su mayoría reos comunes.
Cuando un pandillero es hallado culpable o debe seguir su proceso judicial en algún centro de reclusión se le pregunta ¿a qué penal queres ir? Según su “mara” o pandilla de pertenencia. Esta segregación así como el plan antidelincuencial llamado “Mano dura” y “Súper Mano Dura” formó parte de una serie de políticas antidelincuenciales implementadas por los últimos dos gobiernos de la derechista Alianza Repúblicana Nacionalista (ARENA), medidas populistas que no disminuyeron de manera alguna el accionar delincuencial así como el avance de estas pandillas ahora transnacionales.
Las políticas de seguridad pasivas y negligentes de los anteriores gobiernos de derecha en buena medida es considerada como la principal causa de la expansión y evolución de estos grupos delincuenciales estrechamente relacionados a la mayoría de homicidios en este país, así como de las extorsiones y vínculos con el narcotráfico que les permite mover millones de dólares, todo eso desde su centro neurálgico, las cárceles, bartolinas y centros penales estatales.