Conversamos con Leticia García, Coordinadora del Centro de Estudios Humanistas de Chile, para saber respecto del IV Simposio Mundial que tendrá lugar en nuestro país y esta entrevista fue publicada por la Revista Somos.
En el Salón de Honor del Congreso Nacional en Santiago, se realizará desde el 30 de octubre al 1 de noviembre la cuarta versión del Simposio Mundial del CMEH* bajo el lema “Hacia el descubrimiento de lo Humano”, con la participación de renombradas personalidades del mundo académico, político, científico, cultural y espiritual.
¿Cómo ves, Leticia, el momento actual y de qué modo este congreso intenta ser un aporte?
“Vemos que hoy en día transitamos por una época de grandes y profundos cambios en los que tanto los individuos como las instituciones y la sociedad, están en crisis. Esta situación se experimenta como un gran desconcierto a veces perturbador, inestabilidad general, falta de referencias claras sobre lo que nos deparará el futuro, cambios sumamente abruptos que modifican el modo en que vivimos y generan fuertes desestabilizaciones. No obstante y pese a las complicaciones que nos atrapan, este panorama produce también oportunidades nuevas para repensar el sistema de relaciones y la construcción social, desde una nueva mirada. Siempre los cambios hacen posible el surgimiento de ideas, sentimientos y hechos nuevos. Sin una desestabilización, sólo hay conservadurismo. En realidad, lo que hace posible el avance tanto histórico como a nivel personal, son las crisis. Veámoslas más bien como crisis de crecimiento. Casi como si se tratara de un vestido que ya te queda chico y resulta apropiado ponerse otra cosa”, declara la organizadora de este mega evento que convocará desde todos los países latinoamericanos a expertos sobre diversas áreas del quehacer humano.
Simultáneamente, se sostendrá un simposio similar, pero que reunirá a los catedráticos europeos, en Italia, específicamente en el Parque Attigliano, Roma.
En Chile tendremos oportunidad de escuchar a Luis Riveros, ex-Rector de la Universidad de Chile; a Magadalena Cajías, Cónsul General de Bolivia; a Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia; a Javier Tolcachier, investigador del Centro de Estudios Humanistas de Córdoba; a Gabriel Boric, Diputado; a Lía María Do Santos, miembro del Movimiento Negro y académica de la Universidad de Brasilia; a Diego Cosmelli, doctor en neurociencias cognitivas y académico de la Universidad Católica; entre otros. Pero no solamente se va a escuchar ponencias a este Simposio, por muy novedosas e interesantes que ellas sean, sino que además está considerada la participación en espacios de intercambio, talleres, ágora, actividades culturales, presentación de libros y exposiciones.
“Con todo esto, pretendemos instalar un espacio en el cual se evidencie la necesidad de nuevos paradigmas sobre los cuales se pueda imaginar y construir un nuevo estilo de sociedad. Este nuevo estilo necesariamente tendrá que surgir de una concepción respecto del ser humano y de la relación que establece con su entorno. Tendrá que traducirse en una nueva concepción de Estado, de sus instituciones, de las relaciones entre los países, así como tomar forma en una nueva manera de enfocar la educación, la cultura, la ciencia, permeando incluso la interioridad más profunda de cada uno”, sostiene Leticia, con una gran sonrisa, como si se tratara de los asuntos más simples….
¿Cuáles son los mínimos indispensables sobre los que construir lo nuevo?
“Lo primero es caer en cuenta de que no está todo dicho ni nos encontramos en el final de nuestra historia. Al contrario, la situación de crisis en la que estamos inmersos, nos abre la posibilidad de salir de los determinismos que nos han conducido a la difícil situación actual, buscando abrir nuevas posibilidades y caminos para que el ser humano avance en su proceso de liberación. Yo diría, parafraseando a Silo, que no va a haber progreso si no es de todos y para todos, si no aporta este desarrollo en contribuir a superar el dolor y el sufrimiento humano, si no facilita la convergencia de las distintas culturas y si no se avanza por el camino hacia lo nuevo buscando que cada paso se vaya dando gracias a la no-violencia activa como metodología de acción”, sostiene. “Como ves, son requisitos ineludibles de la libertad, el poder avanzar con una conciencia que no vuelva a tropezar sobre la misma piedra de la violencia y que lo haga con la lucidez suficiente como para abarcar los distintos planos de lo humano, sistémicamente y no parcialmente”.
¿Con qué mirada te parece que se puede avanzar en esa dirección?
“Se trata de una rebelión que necesita descubrir y cultivar una nueva mirada sobre nosotros mismos. Una mirada que surja de la propia existencia humana y su necesidad de superar el dolor y el sufrimiento. Una mirada que dé cuenta de la intencionalidad del ser humano, de su capacidad de dar dirección a la propia vida y la de los conjuntos, que proclame su posibilidad de elegir, su libertad, su tendencia hacia la indeterminación. Una mirada que no defina a lo humano desde factores externos a él, pero que comprenda al mismo tiempo su conexión estructural con el medio en el que le toca desenvolverse. Es decir, una mirada que supere la falsa dualidad de una objetivación inmoral de las personas o de una subjetivación ingenua del mundo. Una mirada que afirme la dinámica social e histórica de lo humano, como construcción permanente de su propia naturaleza y su correspondiente transformación. Una mirada que comprenda que la violencia es, en su raíz y en todas sus manifestaciones, la negación de lo humano en los demás y en uno mismo, planteando una actitud de no violencia activa como punto de partida hacia el ser humano del futuro. Te diría que es una mirada que conecte las potencialidades humanas con lo trascendente, desafiando al absurdo que contrapone la materia con el espíritu, lo denso a lo sutil, lo terreno a lo eterno. En definitiva, a una mirada que coloque a lo humano como valor y preocupación central en una renovada escala de valores, alertando sobre el hecho de que, procediendo de otro modo, se acabará justificando la sumisión y sellando el sinsentido de toda acción consciente”.
¡Es un tremendo proyecto! ¿Qué está previsto para los días del Simposio y cómo la gente puede participar?
“Esta actividad es gratuita y abierta a todas las personas a las que les interesen estos temas. Se va a inaugurar el 30 de octubre a las 9:30 horas en el Salón de Honor del Congreso Nacional en Santiago con un acto bastante solemne y con el desarrollo del primer panel de expertos, luego de lo cual se continuará sesionando en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, utilizando diversas salas para las distintas actividades que tendrán lugar simultáneamente: talleres, mesas redondas, muestra audiovisual y ágora. El jueves a las 19 horas se presentará la obra teatral unipersonal de Paulina Hunt, “Circe” buscando la inspiración que la figura mítica persigue mientras Ulises navega hacia Ítaca. Al día siguiente, en el mismo recinto, se desarrollarán dos paneles de expertos durante la mañana y la gran diversidad de actividades participativas, donde habrá espacio para todos, en la tarde. Concluiremos con algún espectáculo y con música. El sábado 1 de noviembre, en el Parque de Estudio y Reflexión Los Manantiales, ubicado a la salida de Santiago en dirección al norte, se presentarán distintos libros y se buscará, por medio de experiencias, tomar contacto con la profundidad de la conciencia humana. Después de almuerzo, se realizará el evento de cierre en el que se expondrán las conclusiones a las que se llegue en Italia y en Chile, lanzando también la campaña por el Buen Conocimiento que pretende permear los ámbiots académicos, científicos y educacionales a nivel global”.
Finalmente Leticia García nos invita a participar activamente de esta reflexión sobre la mirada que tenemos respecto de nosotros mismos, sobre los demás, sobre el fenómeno humano en general. Nos invita a observar las revolucionarias implicancias que ese descubrimiento de lo humano podría tener en los diferentes campos de acción. Nos exhorta a despertar la fe en la posibilidad de llevar adelante una transformación simultánea del mundo y de nosotros mismos, poniendo como eje una nueva mirada sobre el fenómeno humano.
“Aspiramos a que este sea un Simposio de encuentro, de intercambio y de experiencia sobre una humanidad que recién comienza a descubrirse a sí misma y busca nuevos caminos para su liberación. En síntesis, los invitamos a sintonizarnos en un viaje de ida al futuro”, concluye.
* Centro Mundial de Estudios Humanistas