Estábamos en el tren con destino a Berlín – Antonia, Djamila, Catherine, Sonja y yo – desde algún lugar cercano a la pequeña ciudad de Weisenburg, el lugar poblado más cercano a nuestro Parque de Estudio y Reflexión Schlamau. Cinco de nosotros, regresando de una reunión de Pressenza en el parque después del Foro Mundial de Medios organizado por la Deutsche Welle en Bonn, donde habíamos participado.
No sé cómo empezó, pero me fui dando cuenta que, de alguna manera, el grupo estaba hablando de teoría cuántica y del efecto del observador – que vagamente interpreté cómo la manera en que el que observa cambia lo observado y, tomado en ese sentido se puede decir qué significa, dependiendo de la visión del mundo de uno, que es un condicionante, lo que hacemos cambia las cosas de maneras diferentes, lo que a su vez está de acuerdo con nuestro estado de felicidad. Así es que el estar feliz es una condición esencial para trabajar eficazmente en el mundo y además eso es lo que pretendemos – para contribuir a elevar la conciencia humana -, y todo ello comenzó con el slogan de «Humanizar la Tierra», de Silo.
Surgió la palabra ‘aclarar’, lo que significa aclarar las cosas: ver y trabajar en la realidad y no en la ilusión, y la forma de hacer esto, o lo que esto significa personalmente.
En nuestro trabajo con lo que llamamos las Disciplinas, también en la Ascesis – poniendo en la vida que vivimos todo en práctica, con un estilo de vida – que es parte de lo que llamamos un Propósito, caímos en cuenta de que esto tuvo y tiene mucho que ver con el programa que compartimos durante los días en que estuvimos juntos en el parque, y de hecho con la misma incursión en el mundo de los medios de comunicación y los intercambios que realizamos allí.
Se mencionó que para poner en orden nuestra vida personal, para estudiar y manejar las discrepancias, para localizar las tensiones y sus causas y poder las remediar, es necesaria una mente atenta que puede ver claro. Al final, esto no es un gran misterio, cuando nada se infiltra discretamente en nuestra conciencia (si es que se puede decir así), entonces lo que se ve es lo que es…
La felicidad es una condición esencial de lo humano, todo lo que se tiene que hacer es eliminar las molestias, la interferencia y el ruido – no es que dicha eliminación sea fácil de lograr, como ocurre con muchas personas que han tenido experiencias realmente negativas, pero el deshacerse de éstas sin dejar rastro puede convertirse en una tarea formidable.
Esa es una razón por la que, prudentemente, se lo trabaja en grupo, y no de manera aislada.
Sin embargo, en general, todo lo que se necesita es un poco de dedicación y permanencia. También, para superar esas cosas no es que uno haga un ejercicio una vez y deba esperar que el problema se arregle para siempre, sino que es un proceso en el tiempo, lo que coincide con la dinámica misma de la vida. ¡No podemos quedarnos de brazos cruzados! La adaptación es un permanente cambio.
Me pareció maravilloso que esta conversación e intercambio pudiera haber tenido lugar de manera tan práctica mientras tomábamos el té y comíamos bizcochos durante una agradable mañana de domingo.
Allí estábamos todos, con entusiasmo, en dirección a la histórica ciudad de Berlín, al final de un día de aventuras y estando juntos, y ésta es la calidad de las relaciones entre nosotros. ¡Oh…! Es genial ser humanista.
Traducido desde el Inglés por Fernando Torres