Vivimos y sufrimos el fuerte choque del secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes, tres jóvenes que no tuvieron responsabilidad alguna del conflicto, víctimas de vivir en las tierras ocupadas por Israel y de estar en una pugna incesable. La respuesta como pueblo judío fue la unidad, la preocupación, la empatía y el apoyo. Hacer propia la pérdida, todos somos parte de lo que está ocurriendo.
por Alejandro Berezin, Est. Ingeniería Comercial, U. Adolfo Ibáñez. Shnat Hajshara Majon LeMadrijim Hashomer Hatzair.
Ante el descubrimiento que los asesinos del joven árabe Mohamed Abu Jdir son 6 judíos israelíes, que actuaron guiados por el odio irracional, la sed de venganza y la incapacidad de ver más allá, solo puedo decir que me siento totalmente avergonzado. Es innegable que fue un acto de terrorismo puro y que condenamos totalmente, una nueva incitación a la violencia y al odio.
Frente a la muerte de Mohamed, repetimos como pueblo judío, en base a nuestros valores elementales, nuestra respuesta. Sentimos el pesar de la familia, valorando la vida y uniéndonos en un grito unísono aclamando por la paz.
Lamentablemente, el gobierno de Netanyahu toma la decisión de ejercer nuevamente su doble discurso, su doble moral y su narrativa personal de contar la historia, de víctima pero nunca victimario, definiendo a los asesinos de Mohamed como “extremistas”.
Los asesinos de este joven son terroristas, tal y como lo son quienes los responsables de la muerte de Eyal, Gilad y Naftali. Terrorista es quien impone el terror como forma de comunicación, quien por vía de la muerte y la amenaza, busca lograr sus cometidos. Terrorista es el asesino, árabe o judío, que imparte el fundamentalismo y rompe la barrera del pensamiento crítico. Terrorista es quien no lucha por la paz.
Los terribles y recientes acontecimientos nos dan una nueva oportunidad de ver hacia adelante. La paz como objetivo y no como medio, como acto empírico y no como discurso, como arma de las bases de los pueblos y no como palabras que se esfuman después de una declaración.
Condenemos toda declaración referente a la venganza y plantear el desafío de superar las diferencias. Alcemos la voz, con más fuerza que nunca, y no nos dejemos cegar. Deben dejar de caer misiles de un lado a otro. Las antiguas guerras se están llevando a las personas jóvenes, y no lo podemos seguir permitiendo.
¿Hasta qué nivel es capaz de llegar el eufemismo? ¿Cuándo asumiremos que somos pueblos que deberían ser hermanos? ¿Hasta cuándo la coexistencia será solo un discurso? Israel debe salir de la Cisjordania, y el Hamas debe salir de la Franja de Gaza.
Que su memoria sea un llamado de paz y esperanza para todos. Que los culpables sean encontrados y juzgados. Que el ala fundamentalista de ambos pueblos pierda su fuerza. Que las bases se empoderen y volvamos/empecemos a vivir como hermanos. Con Palestina, Sin el Hamas. Con Israel, Sin Netanyahu. ¡POR LA PAZ!
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