Esta es la síntesis del panel sostenido por Pressenza en el foro global de medios organizado recientemente por la Deutsche Welle en la ciudad de Bonn, Alemania:
Mientras los grandes medios tienden a centrarse en el sensacionalismo, promueven los intereses de las grandes empresas más que las necesidades de los individuos, cubriendo los hechos de violencia de las minorías y tienen relativamente pocos periodistas en el lugar de los hechos, los nuevos medios sociales compensan convirtiendo a sus mismos usuarios en periodistas de facto, centrándose en asuntos de interés humano, cubriendo las acciones de protestas no violentas y haciéndolo por todas partes.
Las redes sociales generan conciencia de la injusticia social y del dolor humano y el sufrimiento que los grandes medios no están dispuestos a cubrir. Al hacerlo, proporcionan la información que conduce directamente a la participación. Algo tan simple como un pequeño aumento en la tarifa del autobús puede llevar a millones de personas a las calles de 500 ciudades, como sucedió hace pocos meses en Brasil.
No es que los nuevos medios ni las redes sociales producen la revolución. La revolución va a producirse de todos modos, tarde o temprano. No olvidemos que hubo revoluciones antes de Twitter! Es sólo que nunca antes los seres humanos han tenido la posibilidad de convertir la injusticia vivida a nivel local en el motor para la transformación social y todo esto, sin tener que disparar ni una sola bala.