La sucesión acelerada de los acontecimientos que se están dando en el ámbito político, plantea nuevos interrogantes que podrían hacer cambiar radicalmente el panorama político-social en España, con posibles repercusiones en Europa y otras zonas.
La irrupción de Podemos en las recientes elecciones se ha trasladado rápidamente a los medios, convirtiéndose en un fenómeno imposible de ocultar. Pero nos preguntamos porqué se está sobredimensionando y se está tratando a Podemos casi como si hubiera ganado las elecciones, con apenas un 8% de los votos. ¿Será acaso un anticipo del futuro?
Lo cierto es que lo ocurrido en las elecciones del 25 de mayo puede significar, en lo político, lo mismo que significó el 15M en lo social. Pero ahora en un nuevo salto de octava.
¿Estamos ante un fenómeno como el 15M, pero a escala “política”? Todo apunta a que sí…
¿Acaso no argumentaban los partidos políticos de “la casta”, que el 15M no estaba legitimado en las urnas? Eran “revueltas de perroflautas sin legitimidad “democrática”, decían. Bueno pues, ahí están. Ahora ya no son perroflautas sino anti-sistema. Y son ya más de un millón de anti-sistema. ¿Y cuándo sean 10 millones? ¿También 10 millones de anti-sistema?… Señores de “la casta”, échense a temblar…
Estamos viendo cómo se van articulando los Círculos de Podemos con la confluencia de gente ávida de participar. Ahí también vuelven los aires del 15M con ese gusto por la cosa conjunta. Ojalá se sepa vehicular organizativamente todo ese potencial de participación democrática. Porque hay mucha gente que tiene “hambre de una democracia real”.
Se equivocan los que piensen que va a ser únicamente Podemos quien va a capitalizar todo ese potencial social surgido del 15M. Quien piense así, no ha captado la escala y la profundidad del terremoto. Todos los partidos, y no solo ellos, sino otras organizaciones como sindicatos y demás, van a estar tocados por la “atmosfera 15M”. Esto ya se empieza a notar.
Aquellas opciones políticas que no se democraticen de verdad, donde no se elijan directamente los cargos políticos, donde se mantenga a corruptos en las listas, aquellas con opacidad en sus procedimientos, que no avancen en transparencia, que mientan, etc., todas ellas irán siendo repudiadas, tarde o tempano, por sus militantes y electores.
Más allá del campo político, la onda se amplía y toca al resto de poderes. Comienza a dejar en evidencia a jueces de pacotilla, peleles del poder político, mientras que por otro lado empiezan a aparecer jueces que dicen basta a tanta arbitrariedad y a los dobles raseros de la justicia, a la prevaricación y la corrupción continuadas.
También afectará a los medios de comunicación, de los cuales algunos se han convertido claramente en medios de propaganda. Los ciudadanos ya están aprendiendo y comienzan a detectar la “mentira” de mucha información basura y de medias verdades. Los mass media van a tener que reformular su función. Lo tienen difícil pues comen de la mano de sus amos, las multinacionales, grandes empresas y sector financiero, y si hacen un ejercicio de honestidad informativa podrían acabar desapareciendo por falta de financiación. Así que tendrán que reinventarse y retomar su función de informadores de verdad de cara a la sociedad.
Por último la más alta institución del Estado, la monarquía, también ha sido tocada en este “tsunami” socio-político. Dados los resultados electorales, han tenido que apresurarse para poder manejar la sucesión. Pero nos preguntamos ¿cuál puede ser el futuro de una institución hereditaria en una sociedad que demanda más democracia, más participación y acercamiento de las instituciones a los ciudadanos?
El 15 de mayo de 2011 marcó un punto de inflexión. Allí se entró en otro momento social. Se desataron unas fuerzas, unos intangibles, unas vivencias, se dibujaron unas aspiraciones que retumbaron no sólo en España sino en medio mundo. Esa experiencia quedó grabada en la memoria colectiva. Lejos de olvidarse, sigue actuando de forma subyacente, y cada tanto sale a superficie.
Esto fue algo de lo que pasó en las elecciones europeas del 25 de mayo con la irrupción del Podemos y todos los demás…
Se generaron distintas mareas a partir del 15M, pero faltaba la “marea política”. Ya se está activando y nos están llegando sus primeras olas…