El presidente de Colombia y candidato a la reelección, Juan Manuel Santos, recibió hoy el apoyo de la izquierda que constituyó un Frente Amplio por la Paz en defensa de los diálogos con las guerrillas y que pretende evitar el retorno al poder de la plataforma que lidera el exmandatario Álvaro Uribe.
Y para conseguirlo hasta a los chamanes van a invocar.
“Chamanes de 200 pueblos indígenas estarán convocando a todos los dioses de los pueblos indígenas para que Colombia alcance la paz”, dijo un representante de las comunidades ancestrales en un acto que reunió a todas las organizaciones y a líderes de la izquierda.
El Frente Amplio por la Paz nació para defender los diálogos del Gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y presionar para que se inicien negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), pero antes que eso su primer objetivo es garantizar la continuidad de Santos en el poder.
“Vamos a votar por Santos desde la diferencia, con responsabilidad histórica”, dijo Jorge Rojas, un cercano colaborador del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien agregó que no se trata de “un cheque en blanco”, sino de “un mandato vigilante de la ciudadanía” para que el presidente “le cumpla a Colombia”.
Acompañando a Rojas estuvieron varios líderes de la izquierda en Colombia, congresistas del Polo Democrático Alternativo y la Alianza Verde, así como miembros de formaciones como la Unión Patriótica, la Marcha Patriótica o el Partido Comunista.
Entre esos líderes está la exsenadora Piedad Córdoba, una de las que más se ha destacado en pedir el voto por Santos en segunda vuelta del próximo 15 de junio y que este jueves dijo que con ese paso la izquierda “le declara la guerra a la guerra, la guerra a la muerte y la guerra a la pobreza”.
“Tenemos que recorrer la patria, tenemos que salir a todos los lugares, rincones, veredas y barrios a buscar los votos para el 15 de junio acabar con la guerra y votar sin tapabocas por la paz”, dijo.
Eso ya lo hizo este jueves la excandidata de la coalición de izquierdas, Clara López, quien acompañó a Santos en un recorrido por Bosa, un barrio popular del sur de Bogotá en busca de votos para la reelección.
López fue cuarta en la primera vuelta del pasado 25 de mayo con casi dos millones de votos, lo que supuso un 15,23 %.
Y es que en los últimos días y tras la victoria en primera vuelta de Óscar Iván Zuluaga, del Centro Democrático, movimiento liderado por el expresidente Uribe (2002-2010), la izquierda le ha visto las orejas al lobo y prefiere unirse a Santos que lidiar con el retorno al poder del uribismo, unos años que recuerda con terror.
“Ese monstruo del narcoparamilitarismo acecha a las puertas de cada uno de los hogares de la patria”, dijo Guillermo Alfonso Jaramillo, otro de los colaboradores de Petro, quien hizo suya la bandera de Santos y llamó a “ganar las elecciones”.
El senador electo Iván Cepeda, hijo del dirigente comunista Manuel Cepeda, asesinado en 1994 por fuerzas del Estado, fue el más beligerante con la ultraderecha que asoma con volver al poder: “Le queremos decir a Álvaro Uribe Vélez que conocemos bien quien es él y a quién representa”, enfatizó.
“Una sociedad que se levanta y se acuesta con las peores escenas de violencia, escenas en las que son mutilados seres humanos, una sociedad que vive en semejante infierno no puede ser tan desquiciada de dar la espalda a la paz”, agregó Cepeda.
Al acto no acudió Santos, pero envió a Rafael Pardo, quien fue su ministro de Trabajo hasta hace pocos días, cuando se unió a la campaña para la reelección.
Pardo agradeció en nombre del presidente-candidato el apoyo del Frente Amplio y dijo que “va a servir para que la paz tenga la legitimidad que necesita, esa legitimidad que se la da la izquierda en Colombia”.
Tras el espaldarazo recibido este jueves, la práctica totalidad de la izquierda colombiana, estigmatizada en muchas ocasiones por compartir ideario con los grupos insurgentes, votará por Santos el 15 de junio.