Ignacio Ramonet en la edición de marzo de Le Monde Diplomatique advertía la importancia de tener presente en estas elecciones al Parlamento Europeo una de las principales cosas que están en juego en la economía continental. Él relata en qué consiste el ATCI (Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión), lo refiere así “Este convenio se está negociando con la mayor discreción y sin ninguna transparencia democrática entre la Unión Europea y Estados Unidos (EUA). Su objetivo es crear la mayor zona de libre comercio del planeta, con cerca de 800 millones de consumidores, y que representará casi la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y un tercio del comercio global”.

Dicho acuerdo permitiría cercar al mayor mercado global (la UE) con el socio histórico (EUA) y restablecer, de ese modo, la pérdida de poderío comercial y económico del gran país del norte en el concierto global. Algunos analistas, basándose en datos difícil de contradecir (por ejemplo que en menos de 6 años China se convirtió en el socio comercial principal de 124 países, contra 70, antes de la crisis del 2008, invirtiendo la relación de EUA que era el socio principal de 127 estados en esa misma fecha y hoy lo es de solo 76), estiman que en 10 años la principal moneda de intercambio de bienes será el yuan, desplazando al dólar a un rol secundario.

Recordemos que el supuesto desplazamiento del dólar por el euro, en su momento, aceleró la intervención militar contra la Irak de Saddam Hussein o las insinuaciones de Gaddafi de crear una moneda alternativa antecedieron a su asesinato y al bombardeo perpetrado contra el pueblo libio.

Tampoco podemos abstraernos de la peligrosa inestabilidad que vive Ucrania, donde se entrecruzan los intereses de las oligarquías europeas, norteamericanas y las autóctonas, con Rusia, primeramente y con China, en situación diferida, ya que el cierre del paso del gas por Ucrania, le abrió la posibilidad de firmar un acuerdo gigantesco con Rusia para poder disponer de todo el gas que antes proveían a la UE.

Este es otro de los grandes temas que se definirán posteriormente a las elecciones, qué rol cumplirá la UE en el pulso entre la OTAN y Rusia. Conviene estar atentos a esta apuesta por el conflicto que lleva adelante Estados Unidos en todo el mundo y que va en contrasentido con los discursos pro desarme que dirigiera oportunamente Barack Obama y que luego no sirvieron para aceptar algunas de las propuestas de desarme concreto presentadas por la cancillería rusa. ¿No es paradojal que los galardonados con el Premio Nobel de la Paz anden bombardeando países, utilizando armas químicas, financiando terroristas y provocando golpes de estado en los 5 continentes?

Las políticas exteriores de la UE forman parte de lo que se decide con el voto de este fin de semana. ¿Seguir apostando por gobiernos belicistas y que proponen intervenciones militares, como la reciente propuesta francesa contra Siria que vetaron en el Consejo de Seguridad de la ONU Rusia y China, o los discursos inflamados anti inmigrantes de la extrema derecha?

¿Y de fronteras adentro hay que seguir sosteniendo el modelo austericida que ha hecho estallar todos los termómetros sociales? Suicidios, desempleo, hambre infantil, precarización, anulación de ayudas sociales, forman parte del combo que incluye privatizaciones y gobiernos tecnocráticos que no fueron elegidos democráticamente.

“Aunque el ATCI empezó a gestarse en los años 1990, Washington ha presionado para acelerar las cosas. De todo esto, los grandes medios de comunicación dominantes han hablado poco, con la esperanza de que la opinión pública no tome conciencia de lo que está en juego, y de que los burócratas de Bruselas puedan decidir sobre nuestras vidas con toda tranquilidad y en plena opacidad democrática” continuaba diciendo Ramonet.

Lamentablemente estos temas no han sido prioritarios en los debates de las campañas electorales y hemos podido ser testigo de arremetidas cavernícolas, como las declaraciones del candidato a renovar su banca Jean Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional francés, partido que se sitúa a la derecha de la extrema derecha y que dijo que para mejorar la situación de pobreza generada por los inmigrantes que llegan a Europa, no vendrían mal “tres meses de ébola” que permitieran regular “el exceso demográfico”.

Los europeos tienen la posibilidad de dar espacio a nuevas propuestas políticas que oxigenen un Parlamento donde predomina el conservadurismo y las corruptelas corpoempresarias. Europa debe encontrar modelos que puedan movilizarlo, personas que la ilusionen y que vuelven a poner arriba de la mesa la preocupación central: el ser humano y no dejarse arrastrar por la trampa de los discursos antisistemas de los partidos xenófobos y reaccionarios, como el UKIP (Partido por la Independencia del Reino Unido), que consiguió el 17 % de los votos, según los sondeos de la BBC en las elecciones de hoy en Gran Bretaña.