La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, condenó hoy el reciente golpe de Estado en Tailandia y urgió a los militares restaurar el Estado de Derecho en ese país del sudeste asiático.
En un comunicado, la funcionaria advirtió que su Oficina monitorea de cerca la situación en Tailandia, donde impera un toque de queda, fue prohibida la reunión de más de cinco personas y varios líderes políticos fueron detenidos y otros obligados a comparecer ante las autoridades de facto.
Desde hace cinco meses hemos señalado preocupaciones por el panorama del país, sin embargo, nuestra alarma es ahora aún mayor, por la imposición de la ley marcial, la suspensión de la Constitución y las medidas de emergencia dictadas, dijo.
Pillay reclamó el respeto a los derechos humanos, al recordar que hasta ayer, los golpistas habían emitido 21 pronunciamientos y tres órdenes.
El dominado Consejo Nacional de la Paz y el Orden derrocó la víspera al primer ministro Niwattumrong Boonsongpaisan, sucesor de la recientemente destituida de ese puesto, Yingluck Shinawatra.
Tenemos mucha preocupación por las restricciones impuestas a las libertades fundamentales por el Consejo, sobre todo porque al afectar la libertad de expresión y reunión se limita el diálogo, el cual es clave para resolver las diferencias políticas, subrayó.
Este jueves, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó a los actores políticos tailandeses a conversar sin exclusiones para poner fin a la crisis.
Según Ban, todas las partes deben de inmediato trabajar juntas de forma constructiva, en aras de evitar la violencia y garantizar el respeto a los derechos humanos.