Conocida es la permanente intromisión y manipulación realizada por parte de la Iglesia Católica en Chile cada vez que en la arena política se debate algún tema valórico. Tal es el caso ahora de la discusión en el seno del Senado del proyecto ley sobre aborto terapéutico.
Por ello ayer sábado el senador Guido Girardi salió al paso de la declaración de la Conferencia Episcopal, que criticó duramente al Gobierno por la iniciativa legal que se trabaja en miras de aprobar legalmente el aborto. El documento de los obispos señala que “Introducir el aborto, sea cual sea la causa, es un golpe al alma de Chile”.
“Somos 4 o 5 países donde reina el oscurantismo en esta materia. Sólo queremos restablecer lo que fue derogado por Pinochet”, señaló Girardi y destacó las tres causas que consideraría el cuerpo legal para poder interrumpir la gestación: “incompatibilidad con la vida, violación y riesgo materno”. Por cierto que los sectores extra-parlamentarios y feministas consideran completamente insuficiente el carácter de terapéutico de la interrupción del embarazo, que piensan debería quedar simplemente despenalizada y a discreción de la voluntad de la mujer. El parlamentario agregó que llamaba “a la Iglesia a no intentar imponer su punto de vista a toda la sociedad. Pueden entregar su mensaje, pero no pueden obligar a que todos lo acaten. Iglesia y Estado se separaron hace tiempo”.
El parlamentario insistió que “no puede haber una dictadura moral. Existen valores distintos, no que unos sean superiores a los otros. Ese criterio permitió la esclavitud, el holocausto, la discriminación a los pueblos originarios.