Ernesto H de Casas. Humanista. Mendoza abril 2014
La necesidad de “Un nuevo pensamiento, un nuevo renacimiento” es lo que declara el nobel de literatura Sr. Gao Xingjian al visitar España y que entrevista El País en una excelente nota. Artículo de Winston Manrique Sabogal, Bilbao, Abril 8, 2014.
Dice: «Estamos en una crisis no solo económica y financiera, sino también social y de pensamiento, porque hemos quedado estancados en las ideologías del siglo XX. (…) Los intelectuales de todo el mundo deben abordar la realidad y poner en marcha un nuevo pensamiento, un nuevo renacimiento”.
Algo parecido decía Kazaburo Oé, el nobel japonés, que en los 80 declaraba la necesidad de ir al Humanismo y se preguntaba si sus compatriotas podrían ser humanistas. Además, denuncia a su gobierno por haber enviado tropas a Irak y pide su retirada. Una de sus obras se llama, nada menos, que ¡Despertad, oh jóvenes de la nueva era! (publicada por Seix Barral-2015)
Es decir estos intelectuales, orientales esta vez –lo que no deja de sorprender porque en Asia no tuvieron ni renacimiento, ni ilustración ni mucho menos un humanismo histórico- tienen la sensibilidad de detectar que el cambio hoy necesario ha de ir por los senderos humanistas. No por otros, que llevan, antes o después, a dar la espalda al mismo ser humano. Mayor contradicción no se conoce.
Silo nos comentaba una vez sobre los intelectuales que eran como los ‘sismógrafos de la sociedad’, los que captan qué sucede en la profundidad de las capas sociales, no en la superficie donde todo es secundariedad: modas, shows y esas cosas…” Siempre me pareció sorprendentemente sencilla esta analogía con los sismógrafos; un caso vistoso fue aquella película de Woody Allen que hablaba todo el tiempo del Meaning in Life (sentido de la vida) cosa que no se vio en ningún otro filme, ni entonces (los 80) ni ahora.
Bien, retomando a Gao Xingjian, en este llamamiento – que leemos en el artículo mencionado – hace su análisis de la realidad que observa de manera discreta. Él, hombre del Renacimiento y primer Nobel de Literatura chino (2000), con ciudadanía francesa al haberse exiliado en 1987en Francia, menciona la sobreexposición de algunos autores. Su concepción del artista es otra.
“Mis obras son las que tienen que hablar al lector, al público. No yo con mis opiniones. No soy una estrella, ni un actor. Por eso evito estar siempre presente en los medios de comunicación. Me dedico a hacer lo que sé…”.
Pintura, escritura, dramaturgia, traducción, crítica y, ahora, dirección de cine con El duelo de la belleza. Se lo entrevista por asistir a una de las almenas de la Alhóndiga de Bilbao, en el VII Festival Internacional de las Letras, Gutunzuria. “…la libertad de pensamiento y de reflexión alejada del ruido externo son esenciales para el artista. Solo así puedes realmente llegar a una expresión más profunda y estética…”. Y Agrega “…estamos en una crisis no solo económica, sino también social y de pensamiento porque nos hemos quedado atascados…”.
Nacido en Ganzhou, China, hace 74 años, el autor de La montaña del alma y El libro de un hombre solo considera que el compromiso del artista debe ser con el arte. No cree en la creación que da lecciones morales o hace juicios políticos. Se explaya: “…tenemos una gran riqueza de pensamiento humanista, pero frente a todo esto, ¿qué puede hacer un pobre individuo frágil frente a la sociedad, a la política, a la sociedad de consumo; frente a la degradación de la naturaleza y la condición que nos rodea? La gran pregunta es cuál es el auténtico valor del individuo y qué puede hacer…”.
“…Hablo de la necesidad de un pensamiento que supere esa fragilidad del mundo. Hay que acabar con ideologías como el marxismo que dio lugar al comunismo y a dos revoluciones: la rusa, que desencadenó las ideas de Lenin, y la dictadura china con Mao Tse Tung que propició guerras y una dictadura nunca vista. En el siglo XX, también, surgió la ideología del nacionalismo que causó grandes problemas que llegaron al fascismo y causaron las dos guerras…”.Todo muy claramente dicho.
Y continua…” el liberalismo también nos ha llevado a la situación actual, donde la ley de mercado lo invade todo, incluso la literatura. Y tanto ella como el arte se han convertido en productos de consumo, y asistimos a esta proliferación de best-sellers. Ya no es una literatura de pensamiento, es un producto de consumo al dictado de la moda…”.
Además “…el posmodernismo ha sido catastrófico, es una ideología que ha influido muchísimo en la manera de crear y de pensar. Pero ¿qué es el posmodernismo? Está vacío de sentido, como modelo, lenguaje, en sentido gramatical. Es un callejón sin salida…”.
Y llega a lo que más nos interesa: “…lo que hace falta – continua el nobel chino entrevistado – es que los intelectuales, los artistas y los medios de comunicación aborden en un gran debate cómo hacer esa creación, qué hacer ante la situación. Hay que liberarse de los corsés del siglo XX. Igual que hubo un Renacimiento después de la Edad Media que generó un nuevo pensamiento, hay que hacer un llamado a los intelectuales para que aborden esa realidad y no dejar la solución en políticos y economistas…”. Algo muy obvio, pues éstos no harán nada por las sociedades en las que actúan, ya que están, palmariamente, en la vereda de enfrente.
Piensa entonces que debemos mirar ahora al renacimiento antiguo, como hicieran los humanistas del renacimiento, que se fijaron en la cultura helenística del pasado para superar la losa pesada del cristianismo europeo que asfixiaba. Sin embargo, en ambos casos, lo que interesa es el futuro, atender al primado del futuro, la conciencia colectiva busca una puerta hacia el futuro sin contradicción, sin sufrimientos sociales, cosa que tienen muy claras las personas comunes, las amas de casa, los que trabajan en malas condiciones, los que estudian, todo el mundo, pero no se pueden expresar, salvo en alguna marcha que por más contundente que sea, la prensa y el poder la ignoran. Aquí el intelectual, por sus meritos, su fama, al menos es escuchado. Menos mal.
Y el entrevistado autor continua: “…este nuevo renacimiento tiene que ser el punto de partida: en Italia ya hubo uno y otro en Francia con la Ilustración que luego se extendieron por el mundo. El renacimiento actual no tiene que nacer en un país. Al ser problemas universales tiene que ser global. Los intelectuales del mundo tienen que enfrentarse a la realidad. Confío mucho en los europeos…”. El artista explica la necesidad de esa revolución que cree está en gestación y que debe incluir a Rusia y China “…aunque no creo que de estos países vaya a salir este nuevo pensamiento. Su situación es otro gran debate. Recién han descubierto el capitalismo que en Occidente ha mostrado fallos. Rusia y China giran sobre lo mismo y es absurdo…”.
China ya está atrás para el autor, que ha pasado página. Sus pensamientos y creaciones orbitan sobre Francia, Europa y la humanidad. Ante la pregunta ¿Y artistas compatriotas suyos – le preguntan en la entrevista – como Mo Yan, Nobel de literatura 2012, y Ai Wei Wei?´ (quien estuvo detenido hace poco por su crítica al régimen) – responde: “…no conozco sus trabajos. Me considero muy lejos de ellos porque China ya está muy lejos en mi vida actual…”. De los escritores a leer en estos tiempos enmarañados no duda en decir: «¡Cervantes!, ¡Dante!, ¡Shakespeare! …».
Sobre esto de la necesidad de una nueva revolución, es algo que piensa y lo dice la gente común también, como aquel Ingeniero que en los 90 ya me decía “No sé cómo se puede solucionar todo esto, quizás tengamos que hacer otra Revolución Francesa, pero mundial” Y me atreví a decirle: “__Claro, pero sin guillotina esta vez…”
Así, vemos que este autor que habla en estos días en Bilbao, llega a la misma conclusión de la necesidad de un nuevo pensamiento, del nuevo humanismo. Quizás como hicimos con el Nobel Japonés – que en los 80 le enviamos los libros en inglés con el aporte de Silo a la Universidad de Princenton, donde daba clases semestrales -, le hagamos llegar el Nuevo Humanismo, en francés, puesto que aun no la tenemos en chino. Puesto que la manifestación del Nuevo Humanismo Universalista, ya existe, data de mediados de los 90. El trabajo de Silo publicado en 1994 bajo el título de “Algunos términos de uso frecuente en el Humanismo”, fue ampliado considerablemente dándose a la imprenta en 1997 como “Diccionario del Nuevo Humanismo”. Habrá que difundirlo más para que le llegue a los ‘sismógrafos’ y hacedores de los nuevos tiempos.