Por Natasha Pitts.-
Después de ocho semanas de llamados, la oposición venezolana aceptó iniciar un diálogo con el gobierno para actuar juntos en una agenda de trabajo que mire hacia la paz. El martes 8 se realizó una reunión preparatoria entre el presidente Nicolás Maduro, dirigentes de la oposición y cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). La expectativa es que el diálogo comience hoy, pero sin el apoyo de la ultraderecha, que se manifestó en contra de la iniciativa.
El vicepresidente, Jorge Arreaza, dejó en claro que no existe la intención de realizar pactos, pero sí «acuerdos para avanzar hacia la paz”. Durante la reunión preparatoria, el secretario ejecutivo de la Mesa de Unidad – MUD (coalición de partidos políticos opositores), Ramón Guillermo Aveledo, también se manifestó afirmando que con la primera reunión esperan que los venezolanos y el mundo tengan claras las motivaciones reales del llamado al diálogo.
«El primer acuerdo es la decisión de dialogar en términos mutuamente respetuosos y ante todo el país (…) Que esa primera reunión sea ante toda Venezuela y ante el mundo, para que ocurra con toda transparencia, para que quede perfectamente claro las posiciones de todos, las motivaciones de todos y la sincera voluntad para darle a los venezolanos esperanzas, caminos y posibilidades hacia delante”.
Durante los diálogos se analizarán temas de interés para el país y que puedan hacerlo avanzar hacia la justicia y la paz. Sin embargo, Nicolás Maduro destacó que el punto central será el tema económico. El gobierno va a presentar a la oposición dos propuestas de trabajo: el Plan de Pacificación Nacional y el Plan de Inversión y Desarrollo Económico de la Nación. La oposición estableció como prioridad la discusión de una ley de amnistía para liberar a los detenidos y la creación de una comisión de la verdad que esclarezca los actos violentos que ocurrieron durante las manifestaciones.
Pero los diálogos de paz no están siendo apoyados por toda la oposición. El ala más radical del MUD se manifestó en contra. El partido Voluntad Popular, cuyo dirigente es Leopoldo López, acusado por el gobierno de ser la cabeza de las manifestaciones, emitió un comunicado en el que aclara que no apoya la participación de la coalición en la reunión preparatoria y que repudia el diálogo mientras exigencias como la liberación de López, de otros «presos políticos” y de los alcaldes destituidos, no se cumplan.
El gobernador de Miranda, Henrique Capriles, ex candidato que perdió las elecciones ante Maduro, también condenó la iniciativa. En una red social, Capriles afirmó que «aunque se dé un acercamiento, persistirán los problemas que motivaron las protestas”.
Los diálogos están recibiendo amplio apoyo. Una comitiva de cancilleres de Unasur representada por Brasil, Colombia y Ecuador está sirviendo como mediadora entre el Ejecutivo y la derecha. El apoyo también está llegando desde el Vaticano. El Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin participará como «Testigo de Buena Voluntad” en la Conferencia Nacional de Paz convocada por Maduro y va a acompañar y facilitar los diálogos junto con Unasur.
También hay otros esfuerzos por esclarecer el momento político que vive Venezuela. En visita académica a la Universidad de Harvard, Estados Unidos, el presidente Rafael Correa aprovechó la oportunidad para manifestar su apoyo y hablar sobre los esfuerzos del gobierno venezolano para establecer un diálogo con la oposición.
Desde el último 12 de febrero, fecha en que se celebra la independencia de Venezuela, el país vive un clima de tensión. Las celebraciones por los 200 años de la «Batalla de la Victoria” se transformaron en manifestaciones que fueron haciéndose más violentas cada día. Desde entonces, casi 40 personas murieron, más de 500 quedaron heridas y otras cientos fueron detenidas. Los estudiantes, responsables del comienzo de las protestas, justificaron que salir a las calles se debía a problemas como la inflación, abastecimiento y seguridad. Sin embargo, el gobierno cree que todo fue orquestado por la ultraderecha, encabezada por Leopoldo López.