La acidificación del océano, una de las consecuencias del cambio climático global, reduce el instinto de supervivencia de los peces y les expone a sus depredadores.
Por Prof. Norberto Ovando *
Según un estudio publicado en la revista Nature Climate Change, realizado conjuntamente por científicos del Coral Centro de Excelencia de la Universidad James Cook; el Instituto Australiano de Ciencia Marina; el Instituto de Tecnología de Georgia, USA y la National Geographic Society; los peces parecen haber fracasado al adaptarse a las condiciones de acidez, a pesar de que viven en ese medio desde su nacimiento.
La investigación analizó el comportamiento de los peces en los arrecifes de coral situados frente a las costas de Papúa Nueva Guinea, una zona donde el océano Pacífico es naturalmente ácido, y descubrió que su comportamiento es más arriesgado.
El profesor Philip Munday de la Universidad australiana James Cook en su informe explica que, “Normalmente los peces, que tienen una gran capacidad olfativa, evitan el olor de un depredador y este comportamiento es totalmente lógico, pero en este caso se sienten atraídos por su olor, lo cual es increíble”. Según el científico, “Nadaban más lejos de su hábitat, y estaban más activos, nadando más lejos de sus refugios incrementando así el riesgo para su supervivencia, siendo más fácilmente detectables por un predador”.
Acidificación
El nivel de acidificación en la zona en la que se centró el estudio, “un laboratorio natural” perfecto, según Munday, es comparable al que tendrán los océanos de todo el planeta al final de este siglo.
El océano según el área, absorbe entre el 30 y 45% de las emisiones antrópicas de dióxido de carbono, y las transforma en ácidos carbonatados (bicarbonatos, carbonatos y dióxido de carbono disuelto), lo que provoca que estos sean más ácidos.
Según Munday, los peces de la zona estudiada no han podido adaptarse a la acidez a pesar de haber vivido toda su vida expuestos a niveles elevados de dióxido de carbono.
“Eso demuestra que un pez no sabe adaptarse cuando está expuesto permanentemente a altos niveles de dióxido de carbono. Tampoco sabemos si la adaptación será posible en las próximas décadas, en caso de que siga aumentando la acidificación del océano”, afirma.
En la zona estudiada no hay crecimiento de coral, pero un poco más lejos hay un arrecife único con niveles de dióxido de carbono similares a lo que se prevé para las próximas décadas.
La coautora del estudio, Jodie Rummer, dijo por su parte que “mientras el incremento de dióxido de carbono en el agua afectaba a la conducta, no parecía afectar a sus aptitudes físicas”.
“Las tasas metabólicas de los peces de la zona estudiada eran las mismas que las de los peces de los arrecifes ‘sanos’ cercanos”, declaró.
Si la emisión de gases de efecto invernadero continúa, la presencia de CO2 filtrado en los océanos se incrementará, y los bancos de peces vivirán “un serio problema” en el futuro, cuando la acidificación del agua se extienda, advierten los investigadores.
Muchas especies marinas podrían extinguiese al no poder adaptarse a un medio más ácido, trastornando así todo el ecosistema y las redes alimentarias.
Conclusión
Comprender los efectos de la acidificación de los océanos en los organismos y ecosistemas marinos es fundamental para que podamos determinar dónde son vulnerables estos sistemas y evaluar sus posibles consecuencias para la pesca, la acuicultura y los ecosistemas.
El ser humano y su prosperidad dependen de la salud de los océanos y mares.
* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN – Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la IUCN- Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP –