Por Peter Hartmann, Director Codeff Aisén y Coordinador Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida.- http://www.eldivisadero.cl/
Hace unos días reflexionaba acerca de las palabras de Álvaro, mientras nos encontrábamos en una singular terapia de sonido, sesión o intervención que ya se había realizado a orillas del Baker y luego se repitió con más participantes en la plaza pentagonal de Coyhaique.
Pues, lo que dijo él era algo así como – “mientras la empresa tiene su forma de expresarse a través del poder del dinero, nosotros tenemos nuestras propias formas de expresarnos y de poder para proteger las aguas”. La cuestión es que así como la empresa se manifiesta en su forma de ser, nosotros que no tenemos esa forma, si tenemos otras a las cuales recurrir. Y hay muchas formas. La más conocida y que mas logra acaparar la atención es la manifestación callejera con gritos, cánticos y consignas. También es bastante conocido el bloqueo de vías mediante barricadas y las funas. A veces queda la sensación que esas son las únicas formas de manifestarse, pero hay innumerables más. Claro que para esas se requiere tal vez más creatividad, a veces talento y a veces más espiritualidad o manejarse en esa forma de proceder. En todo caso, todas son válidas, mientras sean no violentas.
Entre esas manifestaciones diferentes están, desde la oración (aquí recuerdo por ejemplo “la oración por Aysén en peligro”), a los votos en elecciones o consulta ciudadana, la opinión hasta en su familia o grupo de amigos, hasta el canto, el teatro y la pintura o fotografía. También, por supuesto, el pegar un adhesivo Patagonia sin Represas en su ventana, ponerse una chapita o polera alusiva y poner un calendario o afiche de la causa en lugar público. Porque si por ejemplo, Cameron Díaz o Inti-Illimani se manifiesta públicamente en lo suyo (que lo hicieron) y hasta una personalidad como lo fue Felipe Camiroaga en su momento lo hizo, evidentemente eso tiene su valor. Unas son mas perceptibles y otras menos tal vez, pero no por eso tienen menor valor.
Así es como en el Baker, en las calles de Coyhaique; Puerto Aisén, Santiago y otras ciudades de Chile y el mundo, hemos visto, especialmente en el 2011, multitudinarias cabalgatas y manifestaciones callejeras contra las represas en la Patagonia, con sus respectivos lienzos, banderas, carteles, gritos, y a veces también su represión. Al mismo tiempo, recuerdo por ejemplo, que una noche de mayo del 2011 escuchaba las noticias y desde el móvil contaban con asombro que un grupo de “Hare-khrishnas” se estaba manifestando con su mantra frente a La Moneda por la Patagonia sin Represas. Y esa no fue la única manifestación mas espiritual. Recuerdo haber visto por ahí a un grupo de chamanas desfilando también hacia La Moneda y el haber participado en mas de alguna intervención – fiesta – rogativa y concierto de cuencos tibetanos y percusión, realizados en la plaza pentágono y en la confluencia de los ríos Coyhaique y Simpson. Por supuesto en esto no podemos olvidar el trascendental aporte del Obispo Luis Infanti y de los Padres Porfirio, Bernardino y Bruno con sus intervenciones, o aquellas del grupo agua y vida y del Comité Oscar Romero. Y volviendo a la sesión de sonido en el Baker de unos días atrás, que a más de alguien tal vez le saque solo una sonrisa, el que se realice una intervención musical-espiritual en ese río indudablemente tiene su valor. Y hasta más de lo que creamos. Mas aun, en un momento en que las manifestaciones callejeras masivas parecen estar en barbecho tras tanta energía social quemada el 2011 y 2012.
Y finalmente, quisiera referirme a una “manifestación” bastante especial, la de la reconstrucción o restauración de la capilla del Ñadis por Rosendo Sánchez. Rosendo es gaucho poco sociable y de bajo perfil y yo creo jamás iría a una manifestación en la calle, pero ¡vaya que le puso amor a esa reconstrucción, que le quedo hermosísima! Y creo no equivocarme en que es su forma de manifestarse, aquella del gaucho artista-artesano creyente que las pasó harto mal con HidroAysén rondando por ahí y amenazando el paraíso de su familia.
Así es la cosa, mientras unos cómodamente daban por perdida la causa antes de dar la pelea o definitivamente se pasaban al lado de la empresa, otros, la gran mayoría, se manifestaron y siguen manifestándose, cada cual a su manera, de múltiples formas. La cuestión es que se manifiestan y así, al menos, tendrán su conciencia tranquila.