El embajador de Estados Unidos en Quito, Adam Namm, se mostraba dubitativo sobre las razones que argüía Chevron-Texaco al pedir un tratamiento retroactivo sobre un acuerdo bilateral Ecuador-Estados Unidos de protección de inversiones, firmado cinco años después de que la petrolera abandonó el país sudamericano, luego de contaminar parte de la Amazonía.
“Por favor, refresquen mi memoria sobre las razones por las que Chevron invoca el tratado bilateral de 1998 a pesar de que esa (empresa) salió de Ecuador en 1992”, pide con lenguaje informal y en inglés el diplomático en un e-mail enviado el 21 de febrero de 2013 a “Weber, Nicole E (Quito)”, Feit, Aaron L (Quito) y con copia a “Zuniga Brown” y “Timothy P (Quito)”.
El e-mail forma parte de una serie de documentos desclasificados por el Departamento de Estado y que son comunicaciones internas destrabadas por la ley FOIA (Acta de libre información, por sus siglas en inglés).
El embajador de Estados Unidos no ha otorgado ninguna declaración respecto a las razones por las cuales el tratado de 1998 puede cubrir en tribunales internacionales a la inversión de Chevron, que estuvo en Ecuador entre 1964 y 1990.
El pasado 20 de febrero de 2013, el presidente ecuatoriano Rafael Correa mantuvo un conversatorio con periodistas de medios extranjeros acreditados en Quito en donde hizo referencía al tema.
“Tomaremos las medidas respectivas y seguiremos defendiendo al país con una campaña internacional diciéndole al mundo lo que ha sucedido. Usted lo ha reconocido, están queriendo cobrar retroactivamente un tratado recíproco de protección de inversiones, el arbitraje de las Naciones Unidas por unanimidad se declaró competente porque perdieron un juicio privado contra los indígenas amazónicos, (Chevron) demanda al Estado ecuatoriano en base a un tratado de 1998, cuando la empresa salió en 1992; eso solo es un píldora, un ejemplo de los abusos que tenemos que aguantar”, contestó Rafael Correa a una pregunta de la prensa estadounidense sobre si Ecuador se negará a pagar lo que pide Chevron.
Chevron-Texaco fue condenada por la justicia de Ecuador al pago de unos 9.000 millones de dólares por contaminación en la Amazonía, donde operó varios campos petroleros y cuyos pasivos ambientales fueron reparados de manera negligente.
La disputa contra Chevron la llevan a cabo varios ciudadanos afectados por la contaminación, entre quienes se encuentran comuneros indígenas de la Amazonía.