Susan George, analista política, filósofa y escritora, fue presidenta de ATTAC en Francia y actualmente es directora de planificación del Instituto Transnacional de Amsterdam. Es una eminencia reconocida por sus trabajos respecto de la justicia social, la pobreza en el tercer mundo, la situación de los países en vías de desarrollo, y la deuda externa.

Ha sido invitada por ELA a dar una conferencia en la que, ante 200 cuadros del sindicato, ha expuesto su opinión respecto del Acuerdo Trasatlántico que actualmente negocian la UE y EEUU.

En dicha conferencia ha disertado sobre el “Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión” que se está desarrollando entre la UE y los EEUU. Susan George ha criticado, en primer lugar, que estas negociaciones sean a puerta cerrada.

Más allá de los objetivos declarados de estas negociaciones, Susan George ha denunciado que en el fondo se esconde la voluntad de eliminar las regulaciones en materia social y medioambiental, esto es, las normas que protegen a trabajadores/as, a consumidores, el medioambiente, etc…en la medida que “molestan” a la libertad de comercio y de inversiones, es decir, que se “interponen” en el flujo trasantlántico.

“Solo echar un vistazo al impacto que tuvieron otras experiencias similares nos presentan un horizonte nada halagüeño. El NAFTA provocó la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo y bajadas salariales en EEUU y trajo precarización y trabajo en semi-esclavitud a Mexico. Eso sí, también trajo enormes beneficios para las élites empresariales “ ha afirmado.

En materia de derechos laborales, la Comisión Europea ya ha afirmado que la UE debe revisar su legislación laboral para “reducir su el riesgo de que las inversiones de EEUU se vayan a otros lugares del mundo”. Todo ello porque la legislación laboral europea está en la lista de medidas no arancelarias que se interponen en el flujo transatlántico.

Lo mismo sucede con las medidas en materia de seguridad e higiene, medio ambiente, sanitaria, financiera, de propiedad intelectual…; no dejan de ser barreras y, por tanto se considera que hay que eliminarlas – denuncia Susan.

Los conflictos entre estados e inversores, se pretenden resolver en procedimientos ajenos a los tribunales nacionales. No se ofrece ninguna garantía y los poderosos grupos de interés lo utilizan para burlar las normas nacionales. En el fondo, se busca revertir todas las conquistas sociales todavía vigentes y crear un escenario de desregulación total donde las grandes corporaciones campen a sus anchas.

Finalmente, Susan George ha lanzado un mensaje de esperanza. Los movimientos sociales, sindicatos, colectivos de estudiantes, mujeres… y corrientes progresistas tienen la capacidad de movilizarse para hacer frente a este proyecto y construir propuestas alternativas. Es un camino a recorrer para oponerse a la injusticia y la desigualdad.

ELA