Es la primera mujer que asumirá ese cargo. Pese al emblemático triunfo, el partido del presidente François Hollande sufrió una dolorosa derrota.
La segunda vuelta de las elecciones municipales de Francia de este domingo (30.03.2014) dejaron varias lecciones: el avance de la extrema derecha, que en principio sumaría entre cuatro y diez nuevas ciudades; la derrota dolorosa para los candidatos del Partido Socialista del presidente François Hollande; los numerosos progresos mostrados por la centroderecha; y el simbólico triunfo de la candidata de la centroizquierda en París.
Anne Hidalgo, el nombre de los socialistas para la capital francesa, consiguió revertir los resultados de la primera vuelta, cuando quedó por escaso margen por debajo de su rival, la conservadora Nathalie Kosciusko-Morizet, y se convirtió, de este modo, en la primera mujer en adjudicarse la alcaldía de París. Los primeros resultados a boca de urna aseguraban que la ventaja de Hidalgo era irremontable: 54,4 por ciento contra un 45,5 por ciento de Kosciusko-Morizet.
Hidalgo, nacida en España y la número dos del actual alcalde, el también socialista Bertand Delanoe, puede ser la tabla de salvación para el socialismo, en una jornada que parece negra por las derrotas en ciudades como Reims, Pau, Quimper y Limoges, a juzgar por los resultados entregados por los sondeos a boca de urna. Los centroderechistas de la Unión para un Movimiento Popular (UMP), en cambio, recuperaron varias alcaldías que los socialistas les habían arrebatado en las últimas elecciones.
Resultados históricos
Pero si de ganadores se trata, sin duda los más contentos son los militantes del Frente Nacional de Marine Le Pen. La extrema derecha obtenía los que, con mucho, son los mejores resultados de su historia, al sumar hasta 14 nuevos municipios a su control, según datos entregados por el Ministerio del Interior. En la primera vuelta ganó uno de forma directa, y siguió en competencia en otros 315. De ellos, tiene muchas posibilidades en Fréjus, Hayange, Villers-Cotterêts y Cogolin.
UMP, en tanto, también festejaba sus resultados. El jefe del partido, Jean-François Copé, habló de la llegada de una nueva “ola” al país. “La UMP es el principal partido de Francia”, dijo eufórico, mientras la portavoz del gobierno, Najat Vallaud-Beljacem, calificó los resultados del oficialismo como “decepcionantes”. El presidente Hollande ya había dicho, por su parte, que habría “consecuencias”. Los expertos hablan de una reestructuración del gabinete.
En distintos lugares se han repetido casos como el de Limoges, donde la izquierda estaba en el poder desde 1912, pero ahora gobernará allí la centroderecha. Las proyecciones afirman que la izquierda habría obtenido un 42 por ciento de los sufragios, mientras que la UMP se quedaría con cerca del 49 por ciento. Otro récord para las estadísticas fue la abstención, la más alta de la V República, en torno al 38 por ciento.