En las elecciones europeas celebradas en junio del 2009, el Partido Humanista centró su mensaje en la denuncia del grave peligro que suponía para Europa y el mundo la proliferación de armas nucleares. Iniciamos aquella campaña electoral manifestándonos frente a la puerta del CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de Madrid para denunciar el trato inhumano que se otorga a los inmigrantes en nuestro país; y la cerramos entregando un bocadillo de chorizo al gobernador del Banco de España, gesto simbólico con el que denunciábamos a la banca usurera. Pero por aquel entonces, con la crisis económica en pleno despegue, la insistencia en destacar la necesidad de un desarme nuclear nos hacía parecer un anacronismo, casi como si hubiéramos vuelto a esos años 80 en los que el PH participó en las manifestaciones y marchas anti OTAN. No era así, por supuesto, porque en aquella campaña lo que estábamos denunciando eran algunos de los temas que siempre han estado en el discurso y la acción de los humanistas desde la fundación del partido en marzo 1984.
Hoy, con el fantasma de la guerra sobrevolando de nuevo Europa y la crisis de este sistema evidenciándose para todos, cumplimos 30 años. Es un buen momento para recordar que ya en 1993 el Documento Humanista exponía las bases de la acción política del PH centradas en la democracia real (“Pero a medida que ha transcurrido el tiempo se ha visto claramente que existe un primer acto mediante el cual muchos eligen a pocos y un segundo acto en el que estos pocos traicionan a los muchos, representando a intereses ajenos al mandato recibido”); la denuncia del capital especulativo (“El gran capital ya ha agotado la etapa de economía de mercado y comienza a disciplinar a la sociedad para afrontar el caos que él mismo ha producido. (…) Por otra parte, millones de trabajadores ya han cobrado conciencia tanto de las irrealidades del centralismo estatista, cuanto de la falsedades de la democracia capitalista. Y así ocurre que los obreros se alzan contra sus cúpulas gremiales corruptas, del mismo modo que los pueblos cuestionan a los partidos y los gobiernos. (…) Para los humanistas existen como factores de la producción, el trabajo y el capital, y están demás la especulación y la usura”); y la denuncia de la discriminación y la violencia (“Todas las formas de violencia física, económica, racial, religiosa, sexual e ideológica, merced a las cuales se ha trabado el progreso humano, repugnan a los humanistas. Toda forma de discriminación manifiesta o larvada, es un motivo de denuncia para los humanistas”).
Fundado en 1984, el Partido Humanista no surgió del desprendimiento de partidos tradicionales o grupos de poder, sino que su origen, hace 30 años, se debe a miembros del Movimiento Humanista que se encontraban organizados en torno a La Comunidad para el Desarrollo Humano (en concreto surgió de la Secretaría de Asuntos Sociales de dicho organismo). El Movimiento Humanista nació el 4 de mayo de 1969 con una exposición pública de su fundador, Silo, conocida como “La Arenga de la Curación del Sufrimiento”; dada en un paraje de la Cordillera de los Andes llamado Punta de Vacas, cerca de la frontera entre Argentina y Chile.
La primera acción pública del Partido Humanista (1984) fue la campaña “Por el trabajo y contra el paro”, en la que los militantes humanistas recogieron más de 1.600.000 firmas, alertando anticipadamente sobre el grave problema que España (y Europa y el mundo) tendría en los años siguientes. Desde aquella primera campaña, un repaso a los eslóganes utilizados por los humanistas en las sucesivas citas electorales, reflejan la coherencia de unas propuestas que en algunos casos comienzan a calar en la sociedad: “Iguales derechos e iguales oportunidades para todos”, “Abiertos a las personas, a las culturas y al futuro”; “Construye algo verdadero”; “Desarma el sistema”… para los humanistas no son frases de márketing, sino la expresión sintética de aspiraciones y propuestas, muchas de las cuales comienzan a tener eco en movimientos sociales.
Desde su origen, el Partido Humanista se ha presentado a todas las citas electorales, dando especial importancia a las elecciones municipales. Su prioridad es crear una base social en los barrios y municipios, con amplia participación de todos los sectores sociales, en especial la juventud y las mujeres, sectores más discriminados de la sociedad. Hoy, igual que hace 30 años, las Propuestas del Partido Humanista se mantienen vigentes y comienzan a resonar en muchos.
– Banca pública sin interés.
– Reparto del empleo. Propiedad participada de los trabajadores en la gestión y beneficios de la empresa.
– Democracia real y ley de responsabilidad política.
– Defensa de las minorías.
– Salud y educación gratuitas, universales y de calidad.
– Vivienda digna.
El Partido Humanista siempre ha apostado por el trabajo arraigado en los barrios y ha puesto en marcha numerosas campañas exigiendo la salida de la OTAN, la derogación de las leyes de extranjería, el fin del armamento nuclear, la creación de una ley de Responsabilidad Política y el fin del abuso de los Psicofármacos en menores, entre otras.
El trabajo político es entendido por los humanistas como la expresión de un fenómeno social amplio que posee su propia dinámica. Aplicando su acción al campo político y social, comparte con otros organismos humanistas un objetivo: humanizar la Tierra, contribuyendo así a aumentar la libertad y la felicidad de los seres humanos. Asimismo tienen en común la metodología de la No-violencia Activa y la propuesta del cambio personal en función de la transformación social.
Día Internacional de las Mujeres
No es casual que se eligiera el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, para la puesta en marcha del Partido Humanista. Junto a la población joven, las mujeres eran ya postergadas, sus valiosos aportes en distintos campos eran silenciados y aún hoy son las más golpeadas por los distintos tipos de violencia –incluyendo la económica- que caracterizan el sistema económico y social inhumano en el que vivimos.
Actualmente asistimos a la expresión más grosera de un conjunto de discriminaciones y desigualdades enraizadas en una construcción social histórica que está derrumbándose y que trata de sostenerse haciendo uso del atropello de los derechos fundamentales y negando la libertad de amplios sectores de la población. Mujeres y hombres necesitamos posicionarnos y encabezar un proceso orientado hacia el cambio profundo y esencial de nuestra sociedad dando paso a una nueva sensibilidad que ponga como máximo valor la libertad humana y como práctica social la no discriminación y la no violencia.
Partido Humanista Internacional de España
www.