Qué oportuna ha sido la muerte de Adolfo Suárez para silenciar en los grandes medios de comunicación la gran movilización del 22M en Madrid… pero el movimiento que ya está en marcha no podrán pararlo.
Desalojo de la Acampada de la Dignidad. Fuente: eldiario.es
Esta mañana ha sido desalojados los marchantes que quedaban de la llamada Acampada de la Dignidad. La actuación policial, como siempre, ha sido brutal y antidemocrática.
Mientras, se daba bombo y platillo a unos cientos de metros a la despedida de los restos fúnebres de Adolfo Suárez y se paralizaba para ello buena parte de las calles cercanas al Congreso de los Diputados.
Qué oportuna ha sido la muerte de Suárez y con cuánto interés se anunció casi la hora exacta de su partida cuarenta y ocho horas antes. Ya se mueve por ahí un chascarrillo respecto al centro médico en el que murió el ex-presidente: ‘Clínica Cemtro, especializada en operaciones y muertes programadas’.
Cuando cientos de miles de personas estaban en la calle manifestando su descontento de modo no violento el 22M, el gobierno español con la complicidad de los grandes medios de comunicación tenían a otra parte de la población esperando el último suspiro de un hombre, que salido de la dictadura fue útil a la vuelta de la monarquía, a la modernización de este país que tantas oportunidades desperdiciadas tuvo después de avanzar en una dirección más democrática y alejada de bloques militares, y a la entrada en escena no sólo de aquellos que ya tenían su lugar sino de otros que con tintes más o menos ‘democráticos’ han traicionado y siguen traicionando día a día los derechos fundamentales de la población.
Es cierto que fue quizás un hombre conciliador y honesto respecto a lo que creía y que ayudó a que saliéramos de una dictadura (no podemos olvidar la presión popular y de diferentes organizaciones que fueron en realidad quienes estaban impulsando la necesidad de cambio) pero no olvidemos tampoco que fue el eslabón para esta Constitución y este sistema bipartidista y para que algún otro grupo político pueda ejercer de recogemigas, con tal de aprovecharse de este injusto y antidemocrático sistema electoral, o como decíamos, la ayuda que supuso para el mantenimiento de esta monarquía anacrónica, tan relacionada con juergas y corruptelas pero que seguimos engordando entre todos los ciudadanos.
Claro que le hicieron bueno… o mejor, aquellos que le siguieron, metiéndonos en la OTAN y firmando una entrada para España en la Comunidad Europea, cuyas consecuencias estamos pagando hoy más que nunca. Unos y otros pusieron las condiciones y/o firmaron leyes que permitieron, por ejemplo, los llamados contratos basura y como consecuencia la esclavitud a la que estamos llegando, o la privatización de los servicios públicos (sanidad, educación, agua…) y tantos desmanes que se están produciendo en este país.
No podemos desear otra cosa que Adolfo Suárez descanse en paz… pero que no nos vendan más mentiras. Y, sobre todo, que se vayan de una vez y den paso a la voz del pueblo a través de un nuevo proceso constituyente, anunciador esperemos de otro modelo político que dé igualdad de oportunidades a todos, que sea defensor de los derechos básicos para toda la población sin restricciones y verdaderamente democrático y participativo.
Los medios tecnológicos para poder contar con la opinión de los ciudadanos permanentemente están. Sólo falta la voluntad pero una vez más los acontecimientos y las intenciones van abriéndo nuevos caminos.