Un año después de la reelección de Rafael Correo para un segundo mandato constitucional y del triunfo arrasador de Alianza País en la Asamblea Nacional, el país vive hoy una nueva jornada electoral. Esta vez, más de cinco mil autoridades locales serán electas: miembros de juntas parroquiales, concejos municipales, alcaldes, consejeros provinciales, prefectos, es decir, todo el sistema de Gobiernos Autónomos Locales – GADs, se somete hoy al voto popular.

La campaña electoral duró un poco más de un mes y concluyó el pasado día jueves a las 12 de la noche. Ya desde antes de su inicio oficial, era previsible lo que sucedería: el foco de la disputa electoral fueron los candidatos  de Alianza País y, en cada zona del país, los candidatos de la fuerza que podría enfrentarlos, con la sensación generalizada de que, después de estas elecciones, el país sería más “verde flex” (el color que identifica al partido de gobierno.

Poco a poco tal sensación se fue modificando. A lo largo de la campaña electoral han aparecido con más fuerza otras opciones en distintos lugares del territorio nacional y hoy, tres horas después del inicio de las votaciones, los resultados no parecen tan evidentes como tres meses atrás.

Como es lógica, la disputa más visible se ha concentrado en las tres ciudades más pobladas e importantes desde la perspectiva política en el país: Quito, Guayaquil y Cuenca, pero por distintas razones y con distintos alcances.

En Cuenca, capital del Azuay, Alianza País ganó con importante diferencia en las elecciones de un año atrás. El alcalde, Paúl Granda, es de la fuerza de gobierno y se lanzó a la reelección, con claras posibilidades de obtener un segundo período. Su opositor ha ido ganando fuerza. No parece probable un triunfo de la oposición pero tampoco es tan evidente el triunfo oficialista.

En Guayaquil, bastión socialcristiano del Ecuador, Jaime Nebot está disputando su cuarto período en la alcaldía. Por primera vez, Alianza País se presenta con una candidatura que ha ganado más puntos que cualquier otra candidatura en contiendas anteriores: Viviana Bonilla. Así, aunque es “cosa sabida” que Nebot ganará de nuevo la alcaldía (salvo un hecho totalmente inesperado… que siempre es posible en Ecuador), Alianza País saldrá fortalecido, pues se espera una votación que marque, en todo caso, un nuevo momento de esa fuerza política en Guayaquil.

La disputa mayor y más difícil está en la capital. El partido de gobierno lanzó a Augusto Barrera, actual alcalde de la capital, por un segundo período. Cinco candidaturas más se han presentado a la contienda electoral. Sin embargo, los votantes de la capital se debaten entre dos opciones que reflejan, con total claridad, la disputa política de fondo en el país: Augusto Barrera, por el partido de gobierno y Mauricio Rodas, candidato de la alianza SUMA-VIVE, un joven que ingresó a la arena política nacional como candidato a la presidencia hace un año atrás y cuyo movimiento ganó en aquella ocasión el 5% de los votos en el país.  Aunque los matices son muchos, se trata de la disputa gobierno-oposición.

 

La candidatura de Rodas ha ganado una fuerza inusitada. A tal punto que en dos últimas semanas de campaña, el presidente Correa concentró su agenda en el acompañamiento, respaldo e insistente llamado a la ciudadanía quiteña y la militancia de Alianza País a no dudar del voto por Barrera, por el equipo de la Revolución Ciudadana, por el proyecto político nacional. El mensaje de que la candidatura de Rodas es la derecha reencauchada y que la alcaldía de Quito es el trampolín para una carrera por la presidencia en la que, en la figura de Rodas, la derecha busca de nuevo el poder, ha sido explícito e insistente.

 

Los resultados electorales de Quito, el día de hoy, gane o no Alianza País, marcan un escenario político nacional que se complejiza progresivamente, sin duda inserto en un contexto regional donde, como todos podemos observar, las fuerzas conservadoras se acuerpan y actúan con un libreto único y de claridad peligrosa. Sin duda, después de los resultados de hoy, será necesario un análisis amplio y una reflexión crítica y propositiva, desde las fuerzas de izquierda que no se limitan, en el caso del Ecuador, a las que hacen parte de la propuesta de la Revolución Ciudadana.