América Latina redujo la pobreza y se convirtió en una zona de ingresos medios en los últimos 10 años, señaló hoy un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). De acuerdo con el texto en 16 de 17 países se produjo una importante disminución de la desigualdad del ingreso, como resultado de los salarios fruto del trabajo doméstico.
También influyó el crecimiento económico que generó una mayor demanda de productos nacionales y propició un aumento de la fuerza laboral y de las remuneraciones.
Según el PNUD esto ayudó a reducir las diferencias salariales entre los trabajadores con título universitario y los que no lo tienen, al contrario de Estados Unidos, donde esa disparidad en la educación aumentó en los últimos años.
Otro factor decisivo es que América Latina es el líder mundial en programas sociales que ofrecen ayuda financiera a personas que viven en la pobreza, con la condición de mantener a sus hijos en la escuela y dar seguimiento a los chequeos médicos.
Estas transferencias alcanzan entre el 0,5 y el tres por ciento del producto interno bruto, pero representan casi un tercio de la disminución de la desigualdad y son la principal vía para la reducción de la pobreza en 18 naciones de la región, beneficiando a 113 millones de personas.
Otra evaluación del PNUD en 116 países conformó que en 20 naciones latinoamericanas la brecha en los ingresos se redujo un cinco por ciento como promedio durante los últimos 20 años, mientras que en el conjunto de las economías emergentes creció un 11 por ciento.
No obstante, la investigación señala que aunque la desigualdad se redujo por lo general en América Latina gracias al empujón económico de países como Argentina, Brasil y México, también hay contrastes.
Los analistas indican que se recortaron las diferencias en Brasil, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Trinidad y Tobago y Venezuela, en cinco prácticamente no hubo cambios (Argentina, Chile, República Dominicana, Honduras y Jamaica) y subió en el resto.
Los expertos del PNUD significaron que más allá de la óptica regional, el 75 por ciento de la población mundial vive ahora en sociedades que son más desiguales que hace 20 años.