Nuevamente nos encontraremos en la montaña, en Punta de Vacas, Mendoza, entre Argentina y Chile, los días 3, 4 y 5 de enero 014. En un paraje andino por excelencia donde termina el verde para predominar la arena, el ripio, la piedra, la roca; que a veces se cubre de nieve o recibe el fuerte viento y otras, como ahora, recoge el sol: como cuando Silo disertó en aquella primera alocución, la arenga pública del 4 de mayo de 1969: «La curación del sufrimiento», en plena dictadura (una de tantas que tuvimos en la región).Y otras veces más adelante.
Ahora, los que tratamos de hacer nuestra esta enseñanza cada día, nos reunimos anualmente en una peregrinación al lugar que fue rescatado y construido en la última década. Venimos no sólo a conmemorar sus cinco intervenciones públicas y tantas otras ocasiones, sino a encontrarnos entre nosotros y celebrar los acontecimientos con antiguos y nuevos amigos. Que al venir, lo hacemos de todas partes, de las proximidades y de las lejanías, desde donde haya llegado su mensaje.
Somos Mensajeros y humanistas en tropel, llegando como individuos, grupos, parejas y familias; somos los afortunados que hemos encontrado en esta suerte de oasis de verdades claras, prístinas y con futuro, un sentido, un camino, una comunidad.
Seguimos por la ruta y cuando se vislumbra la cúpula blanca brillante con los banderines naranja, nos topamos con el gendarme de turno – por ser zona limítrofe – que nos detiene, pregunta dónde vamos y le diremos: ‘__Vamos a lo de Silo’ y nos dirá: ‘__Pasen, sigan’, y así poco a poco nos vamos aglomerando en este querido encuentro.
Lo nuestro no es un refugio porque rapidito hemos de volver al mundo del que venimos para comentar nuestros hallazgos y entusiasmar a otros que aunque en búsqueda, aún no encuentran, quizás distraídos, dolidos o abrumados. Tratan de averiguar una solución, un camino, entre tantas ofertas que llegan, que van desde el entretenimiento fácil, a las cosas secundarias y las soluciones provisorias, cuando no, fantasiosas, supérstites o de evasión.
Habló aquella primera vez recibiéndonos con “__ Si has venido, a escuchar un hombre…” y continuo con una metáfora que alude a la superación del sufrimiento, la importancia de la no violencia, y, con “… pero recuerda que es necesario seguir adelante y que es necesario aprender a reír y que es necesario aprender a amar”.
Convocó después unas pocas veces más; pasados 30 años hizo un recordatorio y sentenció con aquello de “__¡Aquí estamos de nuevo!”, saludando a quienes nos acompañan en la difícil tarea de humanizar el mundo, porque, a la inversa de nuestras aspiraciones, se deshumaniza día a día. Resaltó otra vez que nuestro estilo de vida tiene que ver con el principio más elevado: “trata a los demás como quieres que te traten”.
Después, el primer aniversario de presentar el Mensaje de Silo, nos dijo “Hemos fracasado pero insistimos…” y nos exhortó a seguir intentando humanizar el mundo. En ese “__intento” que vuela sobre las frustraciones, las debilidades y las pequeñeces”. En otras palabras: “¡No hay que aflojar!”
Nos reveló también: “__yo quiero compartir con todos esta certeza profunda que dice: “lo Sagrado está en nosotros y nada malo puede ocurrir en esta búsqueda profunda de lo Innombrable”.
Continuando nos propuso la reconciliación, ni olvido ni perdón, pero reconciliarnos, tanto con los presentes como con los ausentes. Algo que no es sólo para pacificar una zona golpeada por las barbaridades dictatoriales o por los desencuentros personales, sino como una experiencia espiritual profunda que nos hace libres, dignos, humanos cien por cien. Citó el texto que dice: “__ que del abismo obscuro renace a la luz del ansiado Sentido”. Siempre nos presenta propuestas elevadas, una y otra vez, de un tipo u otro.
Finalmente, al celebrar un enorme encuentro de quienes asistían al punto de llegada de la primera Marcha Mundial por la Paz y No Violencia de la historia de la Humanidad, hizo un brindis, simple y significativo: “__Para nosotros, y para todos los seres humanos, anticipemos el abrazo de la ¡Paz, la Fuerza y la Alegría!” Silo, 1º de Enero 2010.
En estos últimos años nos invitó a estudiar, a profundizar, acceder a lo profundo, para ser más preciso; porque es allí donde están las fuerzas internas, el sentido o las voces de inspiración. Por eso se denomina a este lugar y a otros semejantes alrededor del mundo, Parques de Estudio y Reflexión; pues es menester intercalar la carrera diaria con reflexiones y estudios, ver dónde estamos, a dónde vamos, en qué condiciones queremos vivir y que propósito importante dar a nuestras vidas; tanto como individuos y como comunidades.
Quizás, uno se pregunta también: ¿Y, este hombre porqué hizo todo eso? Lo hacemos en medio de un mar de agradecimientos interminables. Pudiendo haber sido tantas cosas, de esas que dan prestigio, poder, renombre, pero ¿quería él eso? O simplemente aspiraba a que recibiéramos y diéramos ‘__ lo que hace libre y feliz al ser humano’. Y así es como este ser excepcional – que hizo del dar desinteresado la causa y razón de su vida – nos guía en su presencia y ausencia.
Si algo era difícil ya nos propondría algo más sencillo, pero volver a las cosas complejas con mas bríos, porque a las verdades importantes se llega por complejos caminos, donde se van sorteando ilusiones y se transforman naufragios en sentidos. Pero que por falta de recursos no quede el camino de superación, no tiene excusas.
Entonces, los actos públicos que recordamos son:
– Curación del Sufrimiento – Punta de Vacas, 4 de mayo de 1969 – “Si has venido…”
– Acto recordatorio 30 aniversario – Punta de Vacas, 4 de mayo de 2004 – “¡Aquí estamos de nuevo!”
– Primer aniversario del Mensaje de Silo – Punta de Vacas, 4 de mayo de 2004 – “Hemos fracasado… ¡pero insistimos!”
– Jornadas de Inspiración Espiritual – Punta de Vacas, 5 de mayo de 2007 – “la Reconciliación como experiencia espiritual profunda.”
– Brindis de fin de año – Punta de Vacas, 1 enero de 2010 (Brindis) – “¡…anticipemos el abrazo de la Paz, la Fuerza y la Alegría!”
Mientras, no dejo de pensar o fantasear, qué sería del mundo si los diversos líderes que hay por todas partes, escucharan, estudiaran y aplicaran estas propuestas. Toda cambiaría, a mejor. ¿Podrá ser?
Al marcharnos, la cúpula blanca quedará detrás, un gendarme nos preguntará ahora “__De donde vienen” y le diremos: ‘__De lo de Silo’ y nos dirá (otra vez) ‘__Pasen, sigan’. Cavilando ya en encuentro del próximo año.