Hoy tuvo lugar en el aula magna del Liceo Manuel de Salas, en la Comuna de Ñuñoa, en Santiago de Chile, el primer foro ciudadano convocado por los vecinos de diversas comunas respecto de una Asamblea Constituyente para la redacción de una nueva Constitución para Chile, en el que participaron los panelistas Daniel Jadue, Alcalde de Recoleta; Miriam Verdugo, Consejera Nacional del Partido Demócrata Cristiano; Sergio Grez, Profesor de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile; Francisco Carreras, Sociólogo de la Universidad Alberto Hurtado y militante del MAIZ y Luis Mariano Rendón de Acción Ecológica, con la conducción de Ariadna Mancilla, participante de ACUSO.
El debate comenzó con una primera pregunta para todos sobre el modo en que influye la actual Constitución día a día en nuestra vida, ante lo cual Miriam Verdugo se refirió a la imposición del modelo económico excluyente y segregador, el Alcalde Jadue reafirmó esta idea señalando que es la instancia que legitima la segregación y la exclusión, lo que a su vez fue profundizado por el académico Grez quien señaló que ella consagra el ordenamiento al servicio del mercado otorgando garantías a la propiedad pero no a los derechos ni al uso de los recursos naturales. El ecologista Rendón hizo ver que el texto actual establece un autoritarismo del cual es posible liberar a las conciencias mediante la participación activa en un proceso de asamblea constituyente y que ello coloca al país en situación de que los ciudadanos se hagan cargo de ese fomento de la participación, debatiendo incluso temas que se señalan puntualmente en la Constitución como lo son el aborto (definido como delito actualmente) o el centralismo político del que deriva la designación de Intendentes. Concluyó Carreras diciendo que dado que se trata de un texto, éste depende de intenciones humanas que se han ocupado de mantenerlo pero que bien pueden reemplazarlo y que ello depende de las fuerzas sociales que se resuelvan a hacerlo.
Posteriormente se debatió sobre por qué cambiar la Constitución mediante una Asamblea Constituyente y no otro procedimiento, a lo cual se argumentó que es la metodología que permite llegar a vivir en una sociedad en la que cada cual pueda desenvolverse de acuerdo a sus propios principios; que este proceso no se ha vivido nunca en Chile ya que históricamente el pueblo no ha sido el soberano que redacta su marco constitucional, sino que siempre le ha sido impuesta. Se propuso avanzar concretamente hacia la estructuración de un bloque constituyente que pueda compensar mediante movilizaciones la fuerte tendencia a una redacción por parte de los nuevos parlamentarios.
En cuanto al curso a seguir para la construcción de este bloque, se sostuvo que es necesaria una gran voluntad de convergencia de todos los sectores de izquierda, poniendo en marcha asambleas comunales y vecinales en las que se hable de todo, se discuta, se informe, se revise la propuesta que Bachelet formule en pocos meses más y desde la base social no institucionalizada, cada individuo pueda ser escuchado y encuentre un espacio de formación y participación.
Finalmente se invitó a los vecinos a formular sus preguntas, a conocer una Declaración Pública de los ñuñoínos por una Asamblea Constituyente, a firmarla y a seguir realizando acciones que puedan ir sumando a más gente activamente.