Las milicias ISIL, acrónimo que significa «Estado Islámico en Irak y Levante”, mantienen el control en la zona fronteriza, aunque no cuentan con el total respaldo de la población. ¿Cómo puede Bagdad detener su avance?
En los últimos meses, el «Estado Islámico de Irak y Levante», una fracción afín a Al Qaeda, ha estado aumentando su poder continuamente en la vasta provincia de Anbar, en un intento por crear un Estado musulmán sunita a lo largo de la frontera con Siria. Tras la actual recuperación de posiciones en Ramadi y grandes partes de Faluya, estamos ante la primera vez, en años, que insurgentes sunitas han logrado avances en importantes lugares. Ramadi y Faluya son ciudades iraquíes estratégicas en el Río Eufrates.
Cientos de personas armadas enarbolando las banderas negras que invitan a la “Guerra Santa” marcharon hacia el centro de Faluya y declararon un “Estado islámico”. Después del acto, continuaron las confrontaciones violentas.
Amenaza terrorista en oeste de Irak
Fuerzas gubernamentales iraquíes que enfrentan la ofensiva de Al Qaeda cerca de la frontera siria lanzaron un ataque aéreo contra la ciudad de Ramadi, matando a 25 militantes islámicos, según la parte oficial. Funcionarios del Gobierno local en la provincia occidental de Anbar se reunieron con líderes tribales con el fin de pedirles ayuda para repeler a militantes vinculados con Al Qaeda. Durante la ocupación estadounidense de Irak, Faluya fue uno de los bastiones de los rebeldes y un duro campo de batalla.
Con el nombre de «Estado islámico en Irak y Levante”, ISIL expresa la intención de asumir la autoridad en toda la región, incluyendo Líbano y los territorios palestinos. El grupo se fundó en 2006 y 2007, los años de la más aguerrida resistencia contra la ocupación estadounidense de Irak. En esa ocasión se les obligó a replegarse, gracias a una alianza entre tropas de EE.UU., líderes tribales sunitas y la mayoría de la población, que rechazaba su presencia. Pero, en los últimos años, la milicia ISIL reapareció en Siria e Irak. Su fortalecimiento se debe, entre otras razones, al debilitamiento del grupo rebelde Armada de Siria Libre (ALS), que fue respaldada temporalmente por Estados Unidos.
Presidente chiíta, rebeldes sunitas
“En Irak, el fortalecimiento de ISIL se debe a la intransigente postura del presidente de Irak, Nuri al Maliki”, dice a Deutsche Welle el politólogo Jochen Hippler, del Instituto para el Desarrollo y la Paz, de la Universidad de Duisburg-Essen. Según Hippler, la política autoritaria de Maliki, la discriminación de los sunitas y la violencia contra quienes protestan contra su Gobierno, han conducido al refortalecimiento de los radicales que predican la Guerra Santa.
Aunque lo anterior no quiere decir que las milicias ISIL cuenten con amplio apoyo entre la población. “La brutalidad con la que mantienen su poder es temida”, destaca Hippler. Pero, hoy día, “en ambos países hay regiones en donde las milicias pro Al Qaeda son la mayor fuerza militar”. Sus soldados están bien entrenados, bien armados y muy motivados. La ocupación de Faluya es solo un ejemplo. “En Siria ya son el factor militar más importante en Aleppo y partes del Este del país en guerra civil”.
Las milicias ISIL han ganado terreno desde comienzos de 2013 en el occidente de Iraq y el norte de Siria, dice, por su parte, Günter Meyer, director del Centro de Investigación del Mundo Árabe, adscrito a la Universidad de Maguncia. ISIL no solo combate a las tropas oficialistas sino a otros grupos opositores de Assad que no están de acuerdo con sus acciones violentas.
No todo anuncio de los radicales debe tomarse en serio
Aún así, Meyer cree que “la avanzada de ISIL se detendrá gracias a las fuertes reacciones de las tropas oficiales y otros grupos”. El estudioso llama además a no darle mucha relevancia al hecho de que ISIL haya declarado ahora un Estado islámico, ya que “allá en donde asume el poder militar, nombra un emirato, sin consecuencias posteriores”. Hasta ahora es un enigma cuál vaya a ser el desarrollo del conflicto entre los diferentes agentes violentos en Irak y Siria.
Lo que a Günter Meyer le interesaría saber es “si el presidente chiíta de Irak logrará aliarse con los líderes tribales sunitas para repeler los ataques de las milicias de Al Qaeda”. En vista de las próximas elecciones, Bagdad podría además contar con la ayuda técnica de Estados Unidos. En ese caso, “los tiempos para los guerreros de Al Qaeda en Irak se volverán más difíciles”.