Horas antes de cuando debía comenzar el jueves 28 una cadena humana contra el bicameral Congreso legislativo paraguayo, autoconvocada como la mayoría de las protestas de este mes por las redes sociales, el Senado despojó de su fuero a Víctor Bogado,  requerido por la justicia por estafa y uso indebido de fondos públicos.

“¡Que llueva, que llueva, las ratas en la cueva, las gargantas cantan y el pueblo se levanta! Nos vemos en la Plaza de Armas”, dijo uno de los líderes de los indignados en Paraguay, al celebrar el levantamiento de la inmunidad de un cuestionado senador, la exigencia que desató la protesta.

Horas antes de cuando debía comenzar el jueves 28 una cadena humana contra el bicameral Congreso legislativo paraguayo, autoconvocada como la mayoría de las protestas de este mes por las redes sociales, el Senado despojó de su fuero a Víctor Bogado,  requerido por la justicia por estafa y uso indebido de fondos públicos.

El 15 de este mes, una decisión del día antes de 23 de los 45 miembros de la cámara alta de mantener el fuero del cuestionado senador del gobernante Partido Colorado, desató una ola espontánea de indignación contra la corrupción en este país, que forzó la reversión de la medida.

En medio de una torrencial lluvia, decenas de manifestantes se concentraron en la Plaza de Armas, donde está la sede del Congreso, para celebrar el primer triunfo de las protestas que han tenido como principal escenario ese emblemático lugar, aunque el “abrazo humano” previsto al edificio legislativo no se produjo.

La abogada Natalia Paola Rodríguez llegó tarde, “porque a mi auto casi se lo lleva el raudal”, pero contó a IPS que necesitaba estar en el lugar “para compartir la emoción, lo que hicimos tiene mucha trascendencia” para este país de 6,6 millones de habitantes y el más pobre y desigual de América del Sur.

El estudiante Hugo Galeano también desafió el clima, “porque el festejo debe ser aquí”. “La presión ciudadana torció el brazo a uno de los poderes del Estado”, dijo eufórico a IPS. “Esto no acabó, será algo permanente”, añadió, antes de alejarse  gritando uno de los lemas de las protestas: “Si este no es el pueblo, el pueblo dónde está”.

Topo Topone R., quien remedó la popular canción infantil “Que llueva, que llueva”, para celebrar por Facebook el round ganado al Poder Legislativo, es el alias con que se conoce en las redes sociales al abogado Alejandro Recalde, uno de los impulsores del movimiento de indignados paraguayos, que asumió la etiqueta #15Npy.

LAS REIVINDICACIONES DEL #15NPY

1. Tope de ingresos de hasta 10 salarios mínimos mensuales para los altos cargos del Estado.

2. Procesamiento, pérdida de investidura, renuncia y castigo de las autoridades de los tres poderes del Estado involucradas en tráfico de influencias y nepotismo.

3. Transparencia en el acceso a la información pública.

4. Fin del sistema de listas electorales, que permiten el acceso a los cargos públicos de políticos con antecedentes de corrupción.

5. No elevar las tarifas del transporte público.

Su estreno fue una concentración en la Plaza de Armas con cientos de manifestantes lanzando rollos de papel higiénico contra el edificio del Congreso. A esta protesta, de gran repercusión mediática, siguieron después variadas movilizaciones.

Topo explicó a IPS que el espíritu del movimiento es convertirse en una suerte de contralor ciudadano del accionar de las autoridades, mediante la participación y la movilización permanente.

“Estar allí donde el ciudadano se encuentre desprotegido al no existir organización o partido político que luche por sus reclamos puntuales, hasta eliminar la clase política corrupta que antes que servir al pueblo se sirve de él”, afirmó.

Un taxista que no quiso dar su nombre dijo a IPS que “pasó que nos cansamos de los abusos”, antes de recordar que “en este triunfo colaboró mucho mi gremio”. Los taxistas fueron los primeros en decidir no brindar su servicio a los 23 senadores que apoyaron a  Bogado. Un boicot al que se sumaron restaurantes y otros comercios de Asunción.

El #15Npy es un movimiento autoconvocado en las redes sociales, con la articulación de foros de opinión política, uno de ellos creado por el mismo Topo poco después de la destitución del izquierdista expresidente Fernando Lugo, en junio de 2012, mediante un polémico juicio en el parlamento.

Para el sociólogo y analista político José Carlos Rodríguez, no puede hablarse de un “levantamiento popular”.

“Los indignados paraguayos son expresión de una nueva clase media, que tiene reivindicaciones de tipo moral, distintas a los movimientos surgidos en los países árabes y en Brasil. En los países árabes el centro era las dictaduras, y en Brasil se reclamaban derechos”, dijo a IPS.

Pero el movimiento paraguayo tiene en común con protestas ciudadanas del norte de África, España o las ocurridas en julio en Brasil su convocatoria a través de las redes sociales.

El #15Npy tiene como precedente el “after office revolucionario”, surgido durante el gobierno de Lugo (2008-2012), para respaldar el veto presidencial a un escandaloso incremento del presupuesto de la Justicia Electoral, que había aprobado el Congreso, dominado por el Partido Colorado y otras fuerzas opositoras.

También entonces la presión ciudadana doblegó al parlamento, que retiró la medida.  Allí nacieron los términos “senarratas” y “dipuchorros”, que se incorporaron a la jerga paraguaya para referirse despectivamente a los legisladores. Chorro significa ladrón en el argot del Cono Sur americano.

Rodríguez  cree que las protestas continuarán. “La gente va a ir por más”, dijo, porque el caso Bogado es solo la parte visible de un modelo de impunidad en la dirigencia política que llegó a un punto intolerable para la población.

La corrupción, la impunidad, la prebenda y el nepotismo son parte histórica de la política en Paraguay, cuya mayor expresión, a ojos de la ciudadanía, es el Congreso.

Entre quienes participan en el #15Npy hay de todo, empleados, estudiantes, artistas, funcionarios públicos, taxistas, comerciantes, gente común.

Algunos proceden de la militancia en los sindicatos, organizaciones sociales e incluso partidos políticos, pero la gran mayoría es parte de esa masa anónima y hasta ahora más resignada que participativa ante realidades como estar a la cabeza de la desigualdad social en América Latina.

No hay líderes, sino referentes de diferentes sectores que se articulan por Facebook y Twitter. A través de esas plataformas ya manifestaron que el desafuero de Bogado no cambia el mapa de las protestas.

La próxima será una marcha a mediados de diciembre a la sede del Poder Judicial,  “uno de los poderes del Estado donde la corrupción aflora y lo que menos brinda a la ciudadanía es justicia”, según señaló Topo.

Tanto él como los manifestantes en la plaza subrayaron que también el presidente Horacio Cartes, un millonario empresario en el poder desde agosto, “debe tomar nota” de los reclamos. “O deja de reprimir campesinos y solo pensar en privatizar y atiende lo que pide la gente, o vamos por él”, comentó el taxista.

“Vamos a trabajar con las bases e ir contra los tres poderes del Estado; nuestra agenda no está marcada por nadie”, reivindicó la abogada Rodríguez, docente universitaria y muy  activa en el #15Npy.

El politólogo Rodríguez opina que estos movimientos “producen un cambio de conciencia, pero no son protagonistas de las transformaciones”. En el caso paraguayo, el investigador considera fundamental el apoyo que tuvo la convocatoria por parte de la prensa y de sectores empresariales.

En la Plaza de Armas, la gente pedía la noche del jueves la renuncia de los 23 senadores que respaldaron a Bogado. El también sociólogo consideró que “las reivindicaciones son siempre maximalistas, hay que reclamar aunque no se consiga, pero básicamente la gran victoria es que el parlamento ya cambió, ya no va a ser lo mismo desde ahora”.

Por Natalia Ruiz Diaz