El rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Enrique Dussel, aseveró que la democracia representativa está en crisis en todo el mundo porque “la gente empieza a darse cuenta de que hay una élite política que ellos no logran perforar, porque no hay participación”.
El filósofo señaló que sin participación no hay política: “si todos nos quedamos en la casa de la puerta para adentro, se acabó la política”.
Al pronunciar la conferencia “Democracia directa” en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), señaló que sin participación no hay política. “Si todos nos quedamos en la casa de la puerta para adentro, se acabó la política; hay que por lo menos salir a la calle y ver al vecino y decir: ‘buenos días’: ya ahí hay un poco de comunidad. Lo más terrible para una representación dominadora es que la gente salga a la calle y se pregunte qué pasa”.
Dijo que mediante la televisión atemoriza a la gente para que no salga a la calle, haciendo más grandes los problemas de inseguridad, mientras los poderes fácticos se apropian de las calles.
“La televisión lo que dice: usted no salga a la calle porque lo van a secuestrar o lo van a robar, y la gente está aterrorizada y sale lo menos posible. Eso es parte de la no participación, porque es verdad que existe (se refiere a esos problemas) pero se aumentan para tenernos en la casa. ¿Y de quién es la calle? Del poder fáctico o del poder burocrático”.
El rector de la UACM dijo que “salir a la calle es entrar en una situación en la que los otros me ven, porque es público. Lo público es: yo soy visto y entonces tengo que entrar en discusión con los demás. Y ahí donde hay una comunidad participativa activa es donde yo veo la cara de la gente en concreto, y argumentamos y damos razones y llegamos a una conclusión: vamos a limpiar el barrio, y vamos a hacer posible que no haya basura en la calle, porque nuestros hijos se enferman y además el barrio está feo, está sucio, no es sólo por estética, sino por salud”.
En otra parte de su conferencia expresó que las representaciones tienden a volverse burocráticas. “Toda representación es dominadora y entonces se vuelve antirrepresentacionista; la posición contraria: el pueblo es que tiene que tener una democracia directa”.
Fuente: La Jornada