Por Arturo A. Muñoz para POLITIKA.-
Escribiendo estas líneas a boca de urna, se hace imperioso delinear un marco dentro del que se supone actuarán las cofradías políticas los próximos cuatro años.
¿Quién perdió, quién ganó? Realmente, poco o nada ha cambiado desde ayer a hoy. Sumando y restando, el duopolio continuará al mando del show, la sala de maquillaje tendrá ardua tarea los próximos cuatro años empolvando el sistema para tornarlo más ‘progresista’ a los ojos del respetable electorado que, una vez más, fue manejado a voluntad por la sociedad de patrones y mayordomos.
Como anticiparon las encuestas, Matthei y la Alianza apenas superaron el 25% de los sufragios (12% del universo electoral), mientras la Nueva Mayoría y Bachelet no lograron imponerse en primera vuelta, aunque obtuvieron sobre el 46% de las preferencias: tomando en cuenta la masiva abstención, un 22% del electorado con derecho a voto. Es un hecho de la causa que en segunda vuelta Bachelet obtendrá un triunfo cómodo. Queda por ver si la ciudadanía seguirá ausente de la urnas y si elegiremos nuevo presidente con una ‘nueva minoría’. La Concertación bis obtiene diez doblajes de diputados, y dos doblajes senatoriales. Sin embargo, no tendrá mayoría calificada para modificar las leyes orgánicas ni para reformar la Constitución. La sombra de Pinochet y Jaime Guzmán sigue planeando sobre el país. ¿Cómo evitar la imprescindible Asamblea Constituyente? Admitiendo que la ‘nueva minoría’ tenga voluntad para hacer desaparecer la herencia institucional de la dictadura.
Marco Enríquez Ominami (10,88%) y Franco Pari-si (10,13%) pelearon palmo a palmo por un tercer lugar que no da medalla. ¿Y la izquierda? Alguna vez dijimos que existía un verdadero ‘archipiélago’ en ese sector de la política chilena. Son numerosos los referentes, partidos y grupos que hasta ahora no logran la unidad que sus propias bases anhelan. Se desperdiga el esfuerzo y se pierde contundencia en programas que, teniendo líneas de concordancia, se separan en cuestiones menores.
El candidato de ‘Todos a la Moneda”, Marcel Claude, mostró lógica decepción con el resultado obtenido, apenas el 2,8% de los votos. Roxana Miranda (1,26%) y Alfredo Sfeir (2,33%) no fueron más lejos. Sumadas las votaciones obtenidas por estos tres referentes, el resultado es decepcio-nante: 6,39%. Cuatro dirigentes estudiantiles lograron triunfos contundentes convirtiéndose en diputados. Camila Vallejo alcanzó el primer lugar en el distrito 26, de La Florida, con el 43% de los votos; Giorgio Jackson obtuvo el 46% de los sufragios en el distrito 22 de Santiago. Por su parte, Karol Cariola, se impuso en el distrito 19, de Independencia y Recoleta, con el 38% de las preferencias; y Gabriel Boric alcanzó el primer lugar en el distrito 60, de Magallanes, con el 26% de los votos. ¿Golondrina que no hace verano, o aire refrescante que podrá cambiar algo en un Parlamento ilegítimo? El futuro lo dirá.
En pleno proceso electoral, dirigentes y miembros de la ACES (Asamblea Coordinadora de Estudiantes de Secundaria), se tomaron el Comando de Michelle Bachelet en señal de protesta, para que la candidata tenga en cuenta sus demandas por la educación pública y otras necesidades del pueblo chileno. Rápidamente, la Presidente de la FECH y el Presidente de la Federación de la USACH apoyaron. Un claro aviso de que las promesas incumplidas del duopolio activarán nuevas movilizaciones estudiantiles y sociales el año 2014.
Puedo, por consiguiente, repetir las primeras líneas de este apurado artículo: “realmente, poco o nada ha cambiado desde ayer a hoy. Sumando y restando, el duopolio continuará al mando del show”. La tarea sigue pendiente. La izquierda chilena debe encontrar –mientras más pronto mejor– unidad y capacidad de conducción. A objeto no sólo de debilitar al duopolio en los próximos años, sino para levantar un proyecto político que permita, por fin, equilibrar la balanza.