Desconocidos asesinaron a tiros a seis soldados al este de El Cairo y un atacante suicida detonó un coche bomba contra un cuartel de seguridad en la península del Sinaí, al día siguiente de la violenta represión contra manifestaciones islamistas.
Horas después de que la calma retornara a El Cairo y de que las autoridades elevaran a 53 la cifra de muertos por las manifestaciones y la represión de ayer, hombres armados asaltaron una patrulla del ejército en la localidad de Abu Zuer, en la provincia de Ismailiya, junto al canal de Suez.
Seis soldados fallecieron en este ataque, el más grave de los registrados en los últimos meses contra las Fuerzas Armadas fuera de la conflictiva península del Sinaí, lo que eleva los temores a una eventual escalada de insurgencia islamista.
Poco después, en la ciudad de Tur, en el sur del Sinaí, la explosión de un coche bomba conducido por un atacante suicida frente a la sede de la Dirección de la Seguridad Central causó la muerte a tres agentes, informó el Ministerio del Interior en un comunicado.
El ataque ocurrió cuando en el interior del complejo se celebraba una reunión de altos cargos, agregó el parte.
Dos civiles perecieron también en este ataque, informó a la agencia de noticias EFE una fuente de los servicios de seguridad, que agregó que medio centenar de personas sufrieron heridas, entre ellas el general Hatem Amin, asistente del jefe de la Seguridad Central provincial.
El Sinaí es escenario desde hace dos años y medio de ataques contra las fuerzas de seguridad egipcias, aunque normalmente estos suelen tener lugar en el norte de la península, donde la actividad de los grupos yihadistas es más intensa.
Además de los ataques contra el ejército y la policía, desconocidos dispararon también dos cohetes RPG contra un centro de emisiones por satélite en El Cairo.
No se registraron víctimas en este ataque, que si provocó daños materiales limitados en las instalaciones, situadas en el barrio de Maadi, en el sur de la capital.
El fiscal general, Hisham Barakat, ordenó acelerar las investigaciones sobre este ataque y encargó a la Seguridad Nacional y a la Policía Judicial capturar a sus autores.
Barakat también pidió aligerar las pesquisas relativas a los sucesos violentos de ayer en El Cairo, cuando fueron arrestadas 423 personas.
Los detenidos están acusados de asesinato, vandalismo, destrucción de propiedades públicas y privadas, y ataques contra las fuerzas de seguridad, entre otros.
El estallido de violencia vivido ayer en Egipto se saldó con 53 muertos y 375 heridos, la mayoría de ellos en la capital, según informó hoy la TV pública.
La cifra de víctimas dada ayer por las autoridades había sido de 44.
La policía se enfrentó con seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi, del movimiento islamista Hermandad Musulmana, que alieron a las calles para reclamar su restitución en una jornada festiva en la que se celebraba el cuadragésimo aniversario de la guerra de 1973 contra Israel.
Pese a la matanza de la víspera, la Hermandad convocó una nueva semana de protestas bajo el lema «El pueblo recupera el espíritu de octubre».
Las autoridades egipcias acusan de ser «terroristas» a los manifestantes islamistas, a quienes muchos en el país consideran extremistas dispuestos a perpetrar atentados.
Al respecto, la Liga Árabe expresó hoy su compromiso en ayudar a Egipto en su «lucha contra el terrorismo» y aseguró que lo que sucede en este país es «lamentable».
En un discurso anoche con motivo del aniversario de la guerra contra Israel, el jefe del Ejército, Abdel Fatah al Sisi, aseguró que los soldados seguirán cumpliendo el «mandato del pueblo para afrontar el terrorismo».