Las tropas estadounidenses siguen renuentes ante las intenciones del presidente Barack Obama de una agresión militar contra Siria, frenada de momento por la estocada diplomática presentada por Rusia, destacan hoy medios digitales.
Varias encuestas demuestran la oposición completa del público en general a un ataque contra la nación árabe y en particular el 75 por ciento de los soldados en activo se opone a una nueva guerra y cuestiona los argumentos ofrecidos por Obama.
El gobernante demócrata amenaza con dar “una lección” a Siria, cuyas autoridades son acusadas del presunto uso de armas químicas sobre la población el pasado 21 de agosto, hecho que, a juicio de Washington, daña sus intereses nacionales, algo en que no creen ni los efectivos ni la mayoría de los estadounidenses.
“No he escuchado una sola persona que apoye eso (la agresión)”, dijo un sargento del Ejército en la base de Fort Hood, quien pidió no ser identificado, según refiere un artículo del sitio electrónico Zero Hedge.
Cuando parecía que nada detendría la maquinaria bélica de la Casa Blanca, reflejada en un incremento de las fuerzas navales cercanas a las costas sirias, Moscú se alzó con la iniciativa de poner bajo fiscalización internacional el armamento químico del país levantino.
Según analistas, esta pericia diplomática de Rusia junto a la voluntad política de las autoridades de Siria, aleja de momento un eventual ataque militar de Estados Unidos que hace una semana parecía inminente.
El consenso se logró entre el canciller ruso Sergei Lavrov y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, tras tres días de diálogo en Ginebra.
La iniciativa de Moscú, que cuenta con el visto bueno de Damasco, estipula brindar información sobre la cantidad y ubicación de los armamentos químicos, la inspección por expertos internacionales de los silos de almacenamiento y su destrucción en colaboración con instancias internacionales.
No obstante, Obama dejó claro que está listo para atacar si hay algún inconveniente en las negociaciones, mientras las bandas armadas rechazaron el pacto ruso-estadounidense y alertaron que continuarán sus acciones hasta derrocar al presidente Bashar al-Assad.