Entrevista a Tarsicio Granizo, biólogo, ex funcionario del Ministerio Coordinador de Patrimonio y durante un período de tiempo responsable de la Iniciativa Yasuní – ITT.

Hace unos días, Pressenza publicó un breve artículo de nuestro entrevistado, a propósito de la decisión del gobierno ecuatoriano de poner fin a la Iniciativa Yasuní ITT.  Con su artículo, Granizo buscó “salir al paso de una serie de comentarios que circularon y en los que se hacían afirmaciones equivocadas. Era importante precisar algunas cuestiones sobre la historia de la Iniciativa, vincularla con un paquete más amplio que se ha ido desarrollando en este gobierno a favor del medio ambiente y hacer referencia que la Iniciativa era una parte de un todo. Era emblemática, importante, icónica, pero una parte de un todo que va mucho más allá”, afirmó.  En esta entrevista, Tarsicio Granizo amplía su análisis y opinión sobre el fin de la Iniciativa Yasuní ITT.

 

P: ¿Sin la Iniciativa Yasuní ITT, qué queda en relación con los Derechos de la Naturaleza y las políticas medioambientales y ecológicas en este período?

TG: Hay una serie de proyectos que no han tenido la trascendencia mediática de la Iniciativa pero que son muy importantes. Por ejemplo el proyecto socio-bosque, a través del cual el gobierno entrega compensaciones por no talar el bosque a campesinos y propietarios de tierra; no es el proyecto REDD sino una compensación directa del gobierno por cuidar los bosques.

Otro proyecto en marcha es el de remediación ambiental y social que consiste en compensar a las personas que han sufrido las consecuencias de derrames petroleros, reubicar sus viviendas, etc. Está además todo el esfuerzo que se ha hecho a nivel nacional con el PANE, Patrimonio de Àreas Naturales del Estado, que ha subido su presupuesto ocho veces en este gobierno y que ha mejorado la efectividad de manejo en estas áreas y ha triplicado la entrada de personas a estas áreas, especialmente ecuatorianos/as.

Adicionalmente está la lucha por el tratamiento de desechos sólidos, que es responsabilidad de los GAD (Gobiernos Autónomos Descentralizados), pero que ha sido apoyada por el gobierno nacional. Por otra parte, Ecuador ha asumido una serie de posiciones internacionales de vanguardia, comenzando por la misma Iniciativa Yasuní ITT y continuando con la posición ecuatoriana en cambio climático y biodiversidad en las Convenciones, en las conferencias de las partes. En este terreno, Ecuador ya no lleva la posición de “levantar la mano” sino de proponer cosas, defender y negociar, de igual a igual.

Si a todo lo anterior se le suman cuestiones como el cambio de matriz productiva, para dejar de ser un país extractivista, cosa que no se logra en poco tiempo; el esfuerzo muy serio de cambio de matriz energética, desarrollando hidroeléctricas, proyectos de energía eólica, etc; el saneamiento de camaroneras ilegales, que no ha sido fácil pues se trata de miles de hectáreas, muchas en manos de gente muy poderosa. En fin, una serie de medidas que ponen en evidencia múltiples esfuerzos en marcha y que claramente nos indican que no es posible tener una política ambiental si no está ligada a un cambio de matriz productiva, de matriz energética y a  un ordenamiento territorial adecuado.

 

P: La Iniciativa Yasuní ITT abrió un camino importante en el posicionamiento internacional de Ecuador en torno a las temáticas medioambientales y, especialmente, al cambio climático. ¿Ecuador pierde legitimidad internacional al eliminar la Iniciativa?

TG: No la pierde, pero se debilita. Me explico. El avance más importante de la posición ecuatoriana en torno al cambio climático fue posicionar, con la Iniciativa Yasuní ITT un marco conceptual denominado emisiones netas evitadas, que consiste en que un país renuncie a hacer una actividad que libera carbono a la atmósfera a cambio de una compensación.

La Iniciativa fue el primer ejemplo de aplicación de este concepto. En el momento en que se afirma que no funciona, ese avance se debilita. Si bien no es la única posición del país en relación con cambio climático, la Iniciativa era la vanguardia  y cobijaba otra serie de posiciones. Su fracaso debilita estas posiciones, le resta credibilidad a la palabra de todos nosotros, como país, y retrocede nuestro anhelo de encontrar una sociedad más igualitaria, más justa, diferente, con otra matriz de desarrollo. Aquí lo que estamos discutiendo no es la Iniciativa misma, estamos discutiendo es el cambio de modelo de desarrollo. Es allí donde entramos en contradicciones profundas.

 

P: Desde tu perspectiva, ¿cuáles son esas contradicciones?

TG: La más evidente es si Ecuador continuará siendo un país extractivista o va a cambiar esa situación. Es claro que el cambio de modelo no se hace de un día para otro y que, como dijo en su momento Fander Falconí, estamos viviendo una paradoja porque para poder salir del extractivismo hay que hacer extractivismo.

¿Por qué? Porque la alternativa es transformarnos en una sociedad del bioconocimiento, es decir, aprovechar los recursos de la biodiversidad de este país y utilizarlos sosteniblemente. El problema grande es que se conoce menos del 5% de la biodiversidad y por tanto, es necesario el desarrollo de todo un programa gubernamental para tratar de darle un valor agregado a esta biodiversidad, salir de una economía extractivista y pasar a una economía basada en recursos renovables.

Hay un paquete perfectamente claro en el Plan Nacional para el Buen Vivir y en el Programa de Gobierno de este período que explica cuáles son los pasos a seguir para salir del extractivismo. Ahora, hay sectores que piensan que el extractivismo a ultranza es la salida, sectores que no le ven futuro al bioconocimiento y esa es la lucha interna: entre esos sectores que creen en el nuevo modelo de desarrollo y sectores que no creen en él.

Para cambiar la matriz productiva es indispensable avanzar  firmemente hacia una sociedad del conocimiento, eso implica conocer realmente la biodiversidad, hacer un ordenamiento territorial adecuado, implementar ciencia y tecnología, en líneas estratégicas.  Pero también significa de importar cosas que se pueden hacer aquí;  utilizar tecnologías que eviten importaciones;  desarrollar campañas de eliminación del uso de objetos desechables  y usar objetos que duren más. Esos son cambios que van en contra de lo que te dice el capitalismo. Ese tipo de cambios son pequeños pero son revolucionarios..

 

P: De acuerdo con lo anterior, no parecería entonces una decisión contradictoria…

TG: Yo entiendo la posición del gobierno que necesita recursos y 18 mil millones de dólares no son despreciables. Sin embargo, es un dinero que este gobierno va a ver en 5 o 7 años y constituirá un ingreso anual de 600 millones de dólares, que no resuelve el presupuesto nacional, aunque ayuda.  Pero si a eso le sumas el fin de los subsidios al gas y los combustibles, nacionalización de empresas de telefonía celular y otras cuestiones, entonces el presupuesto servirá para cubrir la grandes necesidades de este país, que con el presupuesto actual, no se cubren.

 

P: ¿El fin de la Iniciativa Yasuní ITT aumental el riesgo para los pueblos no contactados?

TG: El tema de los pueblos no contactados es muy complejo. Son pueblos que, porque saben lo que existe afuera, no quieren tomar contacto. Existe una zona intangible que no tiene bloques petroleros, que ocupa todo el sur del Parque y son alrededor de 500 mil hectáreas. Son pueblos nómadas y semi-nómadas que no conocen mapas y mucho menos los límites de dicha zona, por tanto siempre va a haber conflictos.

La zona intangible está rodeada de pozos petroleros, tala de madera, agricultura y ganadería, pueblos guerreros enemigos, en fin, es una situación muy conflictiva. Lo único que realmente se puede hacer es garantizar un territorio; garantizar que cualquier contacto sea controlado, es decir, que haya mecanismos para que ese contacto no sea violento, que es la idea del plan de medidas cautelares. No es real que se puede retirar todo riesgo.

P: ¿Aumenta o no el riesgo para los pueblos no contactados?

TG: Es el mismo argumento que se usa cuando se dice que la explotación del ITT traerá consigo el fin de especies. Es cierto que no hay producción petrolera limpia pero, ya hay cuatro bloques en explotación dentro del Parque, la explotación data del año 49, la historia de la explotación petrolera no ha sido buena. No existe una tecnología absolutamente limpia pero sí existe una tecnología mucho mejor que la de antes y también tecnología de extracción remota del petróleo.

Toda actividad humana alrededor del área intangible afecta y va a afectar a los pueblos no contactados, a medida que se acerquen al límite. Así mismo afectará la fauna y la vida silvestre. Pero recordemos que la actividad petrolera per se es complicada en ciertos momentos, pero lo que realmente extermina es el avance de carreteras y la ampliación de la frontera agropecuaria. Los derrames afectan tremendamente pero son muy ubicados. La frontera agropecuaria es totalmente agresiva y ha causado más destrucción que la misma actividad petrolera.

Insisto entonces en que el problema no es actividad agropecuaria vs actividad petrolera.  El asunto es qué modelo de desarrollo queremos y si vamos hacia allá o no.

El fracaso de la Iniciativa ITT es el primer fracaso del avance hacia el modelo que plante el Plan Nacional del Buen Vivir, no por los impactos , sino porque nos quita un elemento simbólico y nosotros somos cultura, símbolo, simbolismos. Al ponerle fin a la Iniciativa se nos quita el símbolo de que es posible un cambio de vida. Ese es el costo mayor del fracaso de la Iniciativa.

Hacer bien las cosas es ante todo una decisión política. Mi expectativa personal es que efectivamente exista esa decisión política y que el fracaso de la Iniciativa Yasuní,  además de este hermoso debate que está dándose en el país, porque nunca antes el tema ambiental se había posicionado tanto en el país, durante tanto tiempo, nos ayude a pensar en el modelo de desarrollo que queremos. Creo que si aplicamos el Plan Nacional del Buen Vivir pese a ese fracaso,  podemos tener una nueva sociedad, pero para ello, la decisión dura que se ha tomado, tiene que estar acompañada de una serie de cuestiones.

P: ¿Qué cuestiones?

TG: la aprobación  del Código Ambiental, enterrado hace años en la Asamblea Nacional; la creación de una Superintendencia Ambiental, que controle y vigile la actividad petrolera en todo el país; un real ordenamiento territorial que determine dónde es posible y dónde no es posible intervenir porque Ecuador es el único país donde aún es posible intervenir en áreas protegidas, salvo la zona intangible del Yasuní; el rápido avance en el cambio de matriz productiva; el fortalecimiento de la economía social y solidaria; el fortalecimiento de la ciudadanía como veedora de todos estos procesos; el desarrollo de la agricultura orgánica y la disminución definitiva del monocultivo. En fin, un paquete que profundice la revolución hacia donde nosotros queremos, una sociedad solidaria y justa.

Yo entiendo las razones de la decisión, aunque no las comparta. Tenemos un Plan Nacional para el Buen Vivir y una Constitución que respeta los Derechos de la Naturaleza y debemos ir hacia allá porque si empezamos a ceder más, este proceso no va entonces para donde queríamos, no es lo que esperábamos y se estaría desviando de lo que era.

Y una de las tareas de todos y todas, no solamente de quienes están en el gobierno, es pensar en esto, hacia dónde vamos, qué queremos y dónde está el Plan Nacional para el Buen Vivir, el Programa de Gobierno y la misma Constitución de la República.