“Queremos que el mundo sea testigo de uno de los mayores daños y de las más grandes hipocresías en la historia de la humanidad”. Con esta frase, el presidente del Ecuador, Rafael Correa Delgado, inició el conversatorio con prensa, en el marco de la primera visita a una piscina operada durante dos décadas por la Texaco (posteriormente Chevron-Texaco) en Ecuador.

En esta piscina, como en muchas otras ya abandonadas por la Chevron hace cerca de 30 años, los residuos del petróleo siguen contaminando: la empresa no solamente empleo técnicas obsoletas y, para el caso, envió todos sus residuos a los acuíferos amazónicos; además, no remedió el daño provocado, simplemente lo cubrió, rellenando con tierra un buen número de dichas piscinas.

El presidente Correa explicó que Ecuador está lanzando esta iniciativa porque la Chevron, después de perder el juicio, inició una multimillonaria campaña contra el sistema judicial ecuatoriano y contra el propio Estado. De hecho, la empresa ha ejercido presión para que el Estado se involucre en un juicio que es entre entidades privadas. “Nosotros como gobierno no nos hemos involucrado, ni lo haremos, en un juicio entre entes privados, pero tampoco vamos a permitir que una transnacional abusiva y corrupta engañe al mundo”

 La campaña “La mano sucia de Chevron”,  está mostrando al mundo la destrucción ambiental que la transnacional Chevron-Texaco dejó en la amazonía y ha recibido ya adhesiones de organizaciones y  personalidades con incidencia en la opinión pública mundial que serán invitadas al Ecuador con el propósito de que visiten las piscinas operadas por esta empresa y comprueben la evidencia de contaminación allí existente.

El presidente Correa lanzó un llamado “A los ciudadanos del mundo a acompañarnos en esta lucha, a no comprar productos de Chevron, a no utilizar las gasolineras de Chevron. Unidos los seres humanos podemos vencer al gran capital. Un llamado a todos los países a rechazar los abusos de una transnacional como Chevron que ha querido dejar en la impunidad esta catástrofe”, enfatizó Correa.

Al ser consultado sobre  los proyectos del gobierno para ayudar a los afectados por Chevron Texaco, el presidente Correa mencionó las acciones de remediación ambiental y social que se están llevando a cabo en muchos lugares del país, especialmente aquellos donde han operado petroleras. Aclaró también que no es posible iniciar la remediación de las más de 1000 piscinas operadas por la Chevron-Texaco en un amplio territorio amazónico del Ecuador, porque esas piscinas son la evidencia y al encontrarse en juicio, no es posible eliminarlas.

También enfatizó la importancia del papel de UNASUR y de la ALBA para establecer rápidamente  acciones más contundentes e institucionalizadas, por ejemplo la creación de Centros de Arbitraje en la región, para que las trasnacionales  no evadan sus responsabilidades.

En este sentido, Pressenza interrogó al presidente Correa en torno a cómo se relaciona y fortalece los esfuerzos que Ecuador lidera a nivel internacional para proponer nuevas reglas a los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI). Aquí, su respuesta:

«Yo creo que es una importante contribución porque demuestra lo injusto del orden internacional que no es solo injusto sino inmoral. El capital tiene más derechos que los seres humanos. Aquí cualquier transnacional en función de esos tratados puede llevar a un Estado hasta esos tribunales que siempre tienen incentivos y donde siempre ganan las transnacionales. Son negocios. Hay gente que vive de esto y hay altas dosis de corrupción. Este es un caso emblemático… para demostrar cómo en la institucionalidad internacional todo juega a favor del capital, que nos motive para no desmayar en la lucha por un orden social más justo»

 

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