Rusia presentará pruebas de que los rebeldes sirios usaron armas químicas, en un intento conjunto con Siria por frustrar una resolución de la ONU, impulsada por potencias occidentales, que habilite atacar al país árabe si incumple el reciente acuerdo sobre su arsenal químico.
«Tenemos suficientes pruebas de que los informes sobre armas químicas reflejan el hecho de que los rebeldes armados recurren con frecuencia a esas provocaciones para causar una intervención extranjera», explicó el canciller ruso, Serguei Lavrov, en una rueda de prensa en Moscú.
Las palabras del jefe de la diplomacia rusa llegaron poco después de que Moscú criticara en duros términos el trabajo de los inspectores de armas químicas en Siria, al que calificó como «politizado, parcial y unilateral».
«Escribieron un informe selectivo e incompleto», aseguró el vicecanciller ruso, Serguei Riabkov, durante una visita a Damasco, según reportó la agencia estatal rusa de noticias RIA Novosti.
El organismo internacional dio a conocer anteayer un informe en el que acredita el uso de gas sarín el pasado 21 de agosto en las afueras de Damasco, pero no precisa quiénes fueron los autores del ataque.
Reino Unido, Francia y Estados Unidos atribuyen el uso de armas químicas al gobierno del presidente sirio, Bashar Al Assad.
La contraofensiva diplomática ruso-siria se produce también mientras el Consejo de Seguridad de la ONU intenta traducir en una resolución el acuerdo alcanzado en Ginebra el sábado entre Estados Unidos y Rusia, que establece un cronograma para que Damasco destruya todo su arsenal químico.
El punto más ríspido de esa resolución, incluso luego de haber llegado a un acuerdo base en la ciudad suiza, es la inclusión o no de posibles sanciones militares que serían ejecutadas si el gobierno sirio no cumple con los plazos y los objetivos del desarme.
En este marco, Estados Unidos, Reino Unido y Francia buscan que la resolución invoque el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas que habilita «el uso de la fuerza armada» (…) «para hacer efectivas sus decisiones» en caso de amenazas a la paz.
Riabkov condenó los intentos de los países occidentales de adoptar una resolución basada en el capítulo VII y recordó que ello solo puede ocurrir «si el Consejo de Seguridad constata casos, o algún caso, de incumplimiento de las obligaciones asumidas en el régimen de la Convención sobre Armas Químicas».
Hoy, en medio de la oleada de declaraciones que zanjan anticipadamente la responsabilidad del gobierno sirio en el ataque que dejó 1400 muertos, el presidente de Estados Unidos Barack Obama, subió la apuesta y señaló que era «inconcebible» que nadie más que el gobierno lo haya llevado a cabo.
Rusia rechaza la dura respuesta contra Siria planteada por estas potencias occidentales y el vocero de la Cancillería rusa, Alexander Lukashevich, calificó como «demasiado simple e infundado acusar a la dirigencia siria de todo».
«En nuestra opinión es inadecuado y demasiado a la ligera restarle responsabilidad a la oposición», agregó Lukahevich, citado por la agencia de noticias DPA.
Además, la Cancillería rusa recordó ayer a través de un comunicado que la Casa Blanca apoya con armas, dinero y entrenadores a las milicias opositoras que combaten en Siria, entre las cuales se destaca el Frente Al Nusra, una organización islamista vinculada a Al Qaeda.
Todo esto mientras el propio presidente francés, Francois Hollande, anunció desde París un mayor apoyo financiero y humanitario a la Coalición Nacional Siria, el principal grupo opositor en el exilio, durante un encuentro con el ministro de Exteriores de Qatar, Jaled al Attiyah, otro férreo aliado de los insurgentes.
El acuerdo Washington y Moscú en virtud del cual Damasco debe entregar sus armas químicas para control internacional y posterior destrucción se produjo después de que Estados Unidos amenazó con emprender acciones militares contra Damasco en respuesta al último ataque químico.
Por ahora, el pacto permitió detener la anunciada acción militar, pero Estados Unidos dejó claro que no es una opción descartada, mientras el Secretario General de OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo defendió la necesidad de mantenerla activa para garantizar Siria mantiene su promesa de renunciar a las armas químicas.