Quito, 16 sep (Andes).- La petrolera estadounidense Chevron, acusada de contaminar el norte de la Amazonía ecuatoriana, buscó infiltrarse en el gobierno del presidente Rafael Correa para hacerle entender las “bondades” de llegar a un arreglo político en lugar de insistir en procesos judiciales, los cuales se ventilan dentro y fuera de Ecuador.
Chevron, que compró las acciones de Texaco, se valió incluso de funcionarios, políticos y expertos de Estados Unidos y de Ecuador para presionar en sus objetivos, según revela un documento confidencial de la misma multinacional que data del 22 de octubre de 2010 y que publica el rotativo público El Telégrafo.
De esa manera, la compañía buscaba no cumplir con la sentencia de la justicia ecuatoriana y no ver mermada su imagen internacional al tener que pagar USD 19.000 millones por daños y perjuicios por la afectación a la flora, fauna, aire, agua y la salud de 30.000miembros de cinco nacionalidades indígenas: Cofán, Siona, Secoya, Huaorani y Kichwa, así como de campesinos de las provincias de Sucumbíos y Orellana.
El documento de 2010 es dirigido por Alec Watson, de la empresa Hill & Company, a Bill Irwin, de Chevron. Watson es director de la consultora internacional Hills & Company, dedicada a proveer información y asesorar a clientes con afán de negocios especialmente en Latinoamérica, Rusia e India.
Watson, por su parte, fue secretario asistente de Estado de Relaciones Hemisféricas y ha asumido otros varios cargos para el gobierno de Estados Unidos.
Reunión al más alto nivel
En el documento confidencial, Watson comenta que se reunieron con Arturo Valenzuela, en esa época subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos del Hemisferio Occidental.
“Inicié la reunión comentando favorablemente sobre el esfuerzo de la Administración de desarrollar una relación de trabajo constructiva con el presidente Correa y su Gobierno. Apoyando ese esfuerzo, ofrecí una propuesta aprobada por Chevron (…) para promover una discusión entre el gobierno ecuatoriano y Chevron, para resolver el polémico caso de la contaminación en Lago Agrio”, refiere el documento.
Para no evidenciar la presión del Gobierno estadounidense, la consultora recomendaba aclarar que esas autoridades no estarán involucradas en ninguna de las discusiones ni negociaciones, pero que tratará de abrir las puertas para aquello, y que si el presidente Correa está interesado, para que la iniciativa sea exitosa, deberá nombrar a un representante totalmente autorizado.
Señalaba que ha notado que desde la perspectiva del Gobierno de EE.UU. un acercamiento con Correa demostrará el continuo interés de mejorar las relaciones y podría resultar en una resolución del tema Chevron.
“Chevron debe seguir tomando medidas legales para asegurar que se pueda defender de su aplicación en los EE.UU. o en otro lugar, de cualquier decisión adversa de las cortes ecuatorianas”, añade.
Las medidas sutiles para que los funcionarios del Gobierno estadounidense se acerquen a su similar de Ecuador las toman considerando que Chevron ya había buscado, en siete ocasiones anteriores, acercarse a la administración de Correa, pero siempre fueron rechazados.
Según Watson, tras la reunión Valenzuela le respondió que estaba muy interesado y simpatizaba con la propuesta, pero “la desconfianza de Correa hacia otros fuera de su círculo es más fuerte que nunca. Está resguardado por un grupo pequeño de asesores, incluyendo el canciller Patiño, y es poco probable que simpatice con cualquier propuesta por el momento. Valenzuela precisó que es imposible contactarse directamente con Correa ahora… Entonces, cualquier acción con nuestra propuesta probablemente tendrá que esperar hasta el próximo año”.
Lea la investigación completa en el siguiente link:
http://www.telegrafo.com.ec/actualidad/item/chevron-fue-una-prioridad-vital-para-la-casa-blanca.html