El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, enfatizó en el debate posterior a la aprobación de la resolución 2118 del Consejo de Seguridad, que puso en marcha la custodia y desguace del arsenal químico de Siria.
La votación, aprobatoria por unanimidad, tuvo lugar a las 20:16, después de superarse el último escollo con la aprobación por consenso del plan de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) para la eliminación del arsenal químico sirio.
En la sala se encontraban presentes los jefes de la diplomacia de los cinco países permanentes del Consejo: el estadounidense John Kerry, el ruso Sergei Lavrov, el chino Wang Yi, el francés Laurent Fabius, y el británico, William Hague, entre otros, según informó la agencia EFE.
En su intervención Ban, destacó la responsabilidad que asumía una comunidad internacional que «tiene que velar porque estas armas no vuelvan a aparecer».
El Secretario General de la ONU agregó que «los horrores de combate continúan con otras armas. Esto no es una licencia para matar con otras armas», para lo que «hay que aprovechar la renovada unidad del Consejo de Seguridad».
El canciller ruso, Serguei Lavrov, destacó la importancia de que Damasco muestre «verdadera disponibilidad» a partir de ahora y advirtió que «el uso de armas quimicas por cualquiera de las partes tendrá que ser estudiado por Consejo de Seguridad» para «tomar medidas» siempre que esté «cien por ciento chequeado».
Tras esa nueva crítica a la voluntad unilateralista mostrada por Estados Unidos tras el atentado de Ghouta que desencadenó la crisis, advirtió que «la resolución aprobada no va a solucionar el problema en Siria», y reclamó de quienes apoyan a las milicias destituyentes que se hagan responsables «de que las armas químicas no caigan en manos de extremistas».
El secretario de estado de Estados Unidos, John Kerry, consideró por su parte que «el Consejo de Seguridad ha demostrado que la diplomacia puede ser tan poderosa como para desactivar armas químicas» y agradeció a su par de la Federación Rusa por sus «esfuerzos personales y colaboración».
Al mismo tiempo, advirtió que «en el caso de que el régimen (gobierno sirio) no actúe» según lo resuelto «habrá consecuencias. La paciencia del mundo debe ser breve con quienes matan a sus ciudadanos».
Desde marzo de 2011, Siria atraviesa una sangrienta guerra civil entre el gobierno de Al Assad y una insurgencia que, apoyada por países de la región y de Occidente, intenta derribarlo. La ONU estima que más de 100.000 personas murieron y más de cuatro millones tuvieron que abandonar sus hogares por el conflicto.
El gobierno de Estados Unidos había considerado probado que el gobierno sirio lanzó un ataque con armas químicas el 21 de agosto cerca de Damasco que dejó cientos de muertos y amenazó con un ataque militar punitivo contra Siria.
Pero luego Kerry, dijo que su país no atacaría a Siria si Damasco pusiera todas sus armas químicas bajo control internacional, y Rusia rápidamente aceptó. Kerry y Lavrov firmaron un acuerdo en Ginebra el 14 de septiembre para poner las armas químicas bajo resguardo internacional, que Siria aceptó.-