Por Juan Guillermo Ossa.-
Globalización versus Mundialización
En la “Globalización” lo que han globalizado es sólo la economía, pero el avance de hoy está yendo hacia la globalización de la consciencia, a este proceso los humanistas preferimos llamarle “Mundialización”, dado que la mundialización abarca elementos que van mucho más allá de la visión economicista asociado al término globalización.
La Mundialización concibe al mundo como una integración de factores; como el ser vivo que nos alberga, ese donde nada está separado, sino ese en el que todo tiene que ver con todo y cada parte. Esta es una mirada que se corresponde con la realidad actual, la que nació y hoy crese, se expande y se
expresa en todo el mundo como sensibilidad, como forma de percibir y entender los procesos, en todas las culturas del planeta, orgánicamente.
Las poblaciones, en todas partes, venimos tomando consciencia crecientemente de ello, entendiendo que la tierra es un ser vivo y nosotros, los seres humanos, somos su parte consciente.
Los economistas de la vieja sensibilidad
La economía occidental (Neoliberal-Capitalista), fue concebida como una
“ciencia exacta”, con una serie de mecanismos y fórmulas que tienen a manidos
conceptos como; “mercado”, “oferta”, “demanda”, “competitividad” “riesgo”
“inversión” “rentabilidad”…, como sus pilares de sustentación. Todos conceptos que hacen parte de un mecanismo sustentado en unas supuestas “Leyes Naturales del mercado”, equiparando los comportamientos de esta economía, a los de la naturaleza misma. En la base de tal mirada se piensa al mundo de forma parcializada. Para ellos (los economistas de la vieja sensibilidad) todo lo existente son sólo sumas de factores para conformar una economía para “entes maquinales”, como entienden a La Tierra y sus sociedades, simplemente como un conjunto de engranajes y cables que se conectan para hacer funcionar un aparato complejo, que debe realizar una tarea específica.
La diferencia de una mecánica económica, esta que se corresponde con la economía de la que vengo hablando y que tenderemos progresivamente a dejar atrás, si es que queremos continuar el proceso de nuestra especie… La diferencia entre esa mirada mecanicista y la aplicada a un organismo vivo como es esta “nave” que nos alberga. Esta creciente sensibilidad que crece y que está a la base de humanistas, ecologistas, luchadores por los derechos de los animales, de la vida en armonía con la naturaleza, de superación del sufrimiento y la conexión con la espiritualidad profunda al interior de la consciencia; es que en el primer caso, el todo es la suma de las partes; en un organismo no, porque cada parte está en relación con el todo.
Esta segunda mirada, en la que cada célula en un organismo vivo, afecta al todo de él (de sí mismo) Y ella (la célula), requiere del todo para existir. Esto no se tiene en cuenta cuando se habla de economía.
En el afán de especializarlo todo al máximo, se fueron separando de las estructuras vivas, con sus; esperanzas y frustraciones; de las ideas, los ideales, los valores, separándose el proceso económico de todo lo demás, ¡y así nos va!
No saldremos de esta crisis, y de muchas otras, hasta en tanto no se mire cómo es que somos un organismo global.
Para nosotros, hay progreso cuando es de todos y todas, y para todos y todas, no sólo para unos pocos. Vemos en muchos amigos/as y compañeros/as, por todas partes, una consciencia individual, la que tenemos de nosotros, mismos; captando la dimensión social y global, y cómo siempre estas están afectándose entre sí, sentimos el avance de esta mirada. Y estos señores y señoras muy especializados/as, a estas alturas se encuentran imposibilitados de hacer estructuraciones con el todo (el organismo vivo).
Globalmente entendamos que el bienestar del otro es también el bienestar propio.
Estamos haciendo fuerza para salir del sistema de violencia (principalmente de
la económica) que hoy nos impone un sistema del pasado, cruel e inhumano.
Nos estamos despertando unos a otros, a pesar del cerco comunicacional que
padecemos en los medios de masas, cerco que falta muy poco para romper, sin
dudarlo estamos haciendo un maravilloso aporte hacia el porvenir, hacia un sistema que garantiza un futuro mejor, mejor para nosotros, nuestra descendencia y en definitiva para nuestra especie, aquel que hasta ahora muchos habían creído cerrado.