«Cuando les dije ayer a las tías que encontramos a su sobrino, nos dicen `no, no puede ser`, estaban incrédulas porque habían pasado 38 años», agregó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en el programa de televisión 678.
«Nosotras no lo conocemos ni queremos verlo porque Pablo (Germán Athanasiu Laschan) no es un objeto, es una persona», declaró Carlotto, y detalló que el nieto recuperado «vive con la señora que lo crió, falsa madre, él tiene afectos».
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dijo que con el resto de los nietos Pablo «se va a sentir comprendido y le pueden dar unos consejos que lo van a ayudar».
«Es un triunfo muy grande sobre una dictadura que pensó que jamás los íbamos a encontrar», dijo Carlotto, y expresó que «el banco genético fue un invento que se nos ocurrió un día porque un papá negaba la paternidad. La palabra `sangre` nos iluminó. Los padres no estaban, pero estábamos las Abuelas».
La dirigente defensora de los derechos humanos destacó: «La dictadura nos tocó a todos, a algunos más y a otros menos. La juventud nos escucha, después nos dice qué podemos hacer, en qué la podemos ayudar. Es todo un movimiento la institución, muchas personas jóvenes trabajando. Nosotras estamos con bastón pero con la cabeza fresca».
En ese sentido, Carlotto manifestó que miles de personas que llegan a Abuelas y a la Comisión Nacional para el Derecho a la Identidad (Conadi) con dudas, «a veces la respuesta no coincide con nadie (que dejó sus datos en el banco genético), pero nos ha pasado que hay una denuncia que la familia ignoraba que había un embarazo, entonces da la sangre y coincide», relató Estela.