El presidente ruso, Vladimir Putin, ha advertido este domingo del “punto muerto” en las relaciones entre partidarios y simpatizantes del destituido presidente egipcio, Mohamad Mursi; hecho que amenaza con degenerar en una guerra civil.
“Siria ya está en una guerra civil y, por desgracia, Egipto se mueve en la misma dirección”, ha precisado Putin en una visita a Kazajistán, para después expresar su deseo de que los egipcios eviten tal destino.

El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores había pedido con anterioridad a todas partes en esta crisis política que ejercieran “moderación”.

El pasado miércoles, tras varios días de protestas masivas a nivel nacional tanto en pro como en contra de Mursi, el ministro egipcio de Defensa, el general Abdel Fatah al-Sisi, le destituyó después de solo un año en el poder.

Un día después, el presidente del Tribunal Constitucional Supremo del país, Adli Mansur, fue nombrado mandatario interino.

Los egipcios tienen previsto celebrar este domingo nuevas protestas, lo que renueva temores de una nueva ronda de violencia en las calles.

Estas manifestaciones tienen lugar dos días después de que al menos 37 personas perdieran la vida y más de 1400 resultaran heridas en todo Egipto durante los enfrentamientos.