Las informaciones disponibles sobre el número de víctimas registradas durante los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en El Cairo y Alejandría son contradictorias.
Según las cifras difundidas por el Ministerio de Salud de Egipto, el número de víctimas mortales se eleva a 80 y a 708 el número de heridos.
Por su parte, el movimiento de los Hermanos Musulmanes informaba de que las víctimas mortales ascienden a más de 200, y a más de 4.000 los heridos, citando datos proporcionados por los responsables de un hospital de campaña habilitado en las inmediaciones de la mezquita de Al-Raba Adao, que se ha convertido en lugar de reunión para los activistas del movimiento islamista Hermanos Musulmanes y sus partidarios, así como para integrantes de otras organizaciones y movimientos.
Asimismo, en su página web, la hermandad islamista señaló que la mayoría de las víctimas presenta disparos de bala en la cabeza, el cuello o el pecho.
Horas antes siete personas murieron y 147 resultaron heridas como consecuencia de los violentos enfrentamientos entre partidarios y opositores de Morsi en Alejandría.
Según informó la agencia EFE con referencia a las autoridades sanitarias del país árabe, los choques comenzaron en las inmediaciones de la mezquita de Al Qaed Ibrahim, junto al paseo marítimo. Posteriormente se extendieron por el céntrico distrito de Ibrahimiya. Las protestas se desataron con motivo del arresto del derrocado presidente.
Desde ambos lados se lanzaban piedras y disparaban perdigones. La Policía y el Ejército intentaron separar a los grupos enfrentados usando gases lacrimógenos.
El analista internacional Aníbal Garzón considera que el conflicto entre distintos grupos de egipcios no es simplemente un fenómeno interno, sino que en él están envueltas fuerzas internacionales. Morsi ha generado cierta incomodidad en EE.UU. por ser de tendencia islámica y estar cercano a la lucha de Hamás y de la política del Gobierno de Irán, afirma el experto.
El pasado día 3 de julio se produjo en Egipto un golpe de Estado que llevó al derrocamiento del presidente Morsi, que fue detenido por el Ejército y permanece en paradero desconocido desde entonces. El pasado viernes un juez emitió una orden de arresto contra el presidente depuesto quien, según informó el ministro del interior provisional este sábado, podría ser enviado a la misma prisión que Mubarak.