Los partidos conservadores lograron 135 de los 242 asientos del Senado. El primer ministro Shinzo Abe contará con el respaldo de las dos cámaras.
La coalición derechista del primer ministro japonés, Shinzo Abe, logró un sólido triunfo en las elecciones para el Senado celebradas el domingo, según los resultados finales divulgados hoy.
Los comicios para renovar la mitad de la Cámara Alta de Japón (121 de los 242 asientos del hemiciclo) respaldaron la política de Abe, cuya agrupación, el Partido Liberal Demócrata, logró el récord de 65 escaños, que se unen a los 59 con los que ya contaba de las elecciones de 2010, informó la cadena NHK.
El también conservador Nuevo Komeito logró 11 escaños, con lo que ambas formaciones alcanzaron un total de 135 de los 242 asientos del Senado, por encima de los 129 necesarios para lograr la mayoría absoluta, en un resultado que les otorga el control de las dos Cámaras en Japón.
En cambio, el principal partido opositor, el Partido Democrático de Japón (PD), que gobernó de 2009 a 2012 y que en la Cámara Alta contaba con 44 asientos, fue de nuevo castigado en las urnas y logró únicamente 17 escaños en las elecciones de ayer, su récord negativo desde su fundación, en 1998.
Esta es la primera ocasión en seis años en que un primer ministro nipón cuenta con el respaldo de las dos cámaras y con la estabilidad necesaria como para impulsar su programa de gobierno, comentó la agencia de noticias EFE.
«Se trata de un gran apoyo. Ya no podemos quejarnos de estar en un Parlamento dividido o de la oposición», expresó hoy Abe en su primera rueda de prensa tras arrasar en las urnas.
El espaldarazo llega apenas siete meses después de que Abe tomara las riendas del gobierno con el objetivo prioritario de revitalizar las finanzas de un país lastrado por la deflación, un yen por las nubes, recesión técnica y una deuda pública de más del doble de su PIB.
Desde entonces, sus medidas de estímulo económico, aplaudidas por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), han dado paso a un periodo de optimismo en Japón.
Su decidida apuesta le llevó también a revolucionar el papel del Banco de Japón, en el que propició la llegada de su nuevo embajador, Haruhiko Kuroda, proclive a la flexibilización monetaria y al que sedujo para asumir la meta conjunta de lograr en dos años una inflación sostenida del 2%.
«Salir de 15 años de deflación no es tarea fácil, puede incluso considerarse un proyecto histórico, pero es en lo que nos vamos a concentrar de ahora en adelante», añadió el primer ministro, de 58 años, en declaraciones recogidas por el diario económico Nikkei.
En este contexto, el archipiélago ha experimentado en el trimestre de enero a marzo un crecimiento de más del 4%, mientras que para el primero del año fiscal, de abril a junio, se espera un aumento del 3% interanual en su PIB.
El «Abenomics», como se conoce a sus políticas de estímulo, ha impulsado también desde principios de año la Bolsa de Tokio, que ha registrado un ascenso imparable cercano al 40% en estos meses, a pesar de haber sufrido severos correctivos, con sesiones de caídas entre el 5 y el 7%, y alta volatilidad.
El sector exportador, que sostiene cerca del 40% del PIB japonés, también se benefició en este periodo de la fuerte caída del yen, que ha pasado de cambiarse en diciembre a 84 y 107 yenes respecto al dólar y el euro, a 100 y 131 actuales, respectivamente.
Este optimismo económico ha sido respaldado por los empresarios.
«Creo que la valiente política de flexibilización monetaria unida a otros esfuerzos para superar la deflación y lograr la recuperación económica han cimentado este gran apoyo», indicó hoy Hiromasa Yonekura, líder de la principal patronal, Keidanren.
Con este apoyo, Abe tendrá ahora posibilidad de impulsar medidas menos populares, como una suba de impuestos aprobada por el anterior gobierno, o la entrada del país en las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).
«Japón afronta retos muy difíciles, como las reformas, el TPP o la suba de impuestos. Es imprescindible que tomemos decisiones para el futuro del país. Una economía sólida es esencial para la fortaleza nacional», aseguró hoy el primer ministro.