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Hoy Chile es uno de los seis países del mundo en que el aborto es penado por ley en todas sus formas. Eso, a pesar que entre 1940 y 1989 su prescripción terapéutica era legal y socialmente aceptada.
A raíz de las voces de organizaciones ciudadanas que piden proyectos de ley que, a lo menos, legalicen el aborto terapéutico (discusión que saltó al tapete luego de conocerse que una niña de 11 años está embarazadas tras ser abusadas por su padrastro), el candidato a diputado humanista por Concepción Francisco Córdova, estrechamente ligado a las áreas de Salud y Educación, precisó algunas cuestiones necesarias de tener en cuenta respecto del aborto.
“Primero que todo, el tema del aborto está secuestrado en una jaula de moralina, porque si nos ponemos a ver la realidad, las cifras negras en Chile superan los 150 mil abortos al año. Entonces, mucho más que ser un problema moral, es un problema de Salud Pública y sanitario, para empezar”.
Según Córdova, “hay que decir que el mejor aborto es el que no se hace. Y esto no quiere decir que no esté promoviendo el aborto como metodología de prevención de natalidad, sino que estamos hablando de tener una herramienta y un mecanismo garantizado, sanitario, en que las mujeres que se vean aquejadas por una situación lamentable -como la niña Belén- producto de una violación o de un feto inviable, tengan al menos la posibilidad de acudir a la sociedad para salir del tormento que sufren”.
“Y esto, pensando -agrega el candidato humanista a diputado por Concepción-que ojala el aborto esté considerado dentro de una política sanitaria educativa sobre la Educación Sexual, porque el aborto tiene que ser una medida para casos extremos, como una herramienta para cuando ya no queda otra cosa que hacer. Cuando corre riesgo la vida de la madre, cuando hay una violación o cuando el feto es inviable, la mujer debe tener el derecho a decidir si quiere o no quiere continuar con ese embarazo. Es un tema de principios, es un tema de libertades individuales, es un tema de derechos y, por ende, nosotros como sociedad tenemos que abordar esa situación de manera amplia”.
Francisco Córdova indica que las mujeres que deciden abortar, “primero lo hacen por un tema de control de natalidad, es decir, no pueden tener más hijos y, por lo general, son mujeres de menores recursos. También son las mujeres que están en una situación compleja desde el punto de vista de salud, y son las mujeres que se han embarazado en un acto de violación, lo que es absolutamente involuntario. Ahora bien, si uno hace una política pública, educativa, sanitaria, profunda de prevención de enfermedades de transmisión sexual y de embarazos, una política pública laica y sin pudor sobre cómo prevenir el embarazo, aunque se tenga el aborto absolutamente internalizado la cantidad de ellos que se realizaría es muy baja”.
Y reafirma su posición frente al tema precisando: “Cuando uno dice que está a favor del aborto no es que sea promotor del aborto, sino que se está a favor que se le despenalice frente a ciertas situaciones. Pero el aborto como mecanismo de control de natalidad debe ser el último recurso al que acuda la sociedad, porque antes de llegar a esa situación tenemos que hacer conciencia en los hombres y en las mujeres de cómo evitar el embarazo, y educar a las poblaciones más vulneradas y con menos capital cultural, y tomar medidas previas. Por ejemplo, si una mujer tiene cuatro, cinco o seis hijos y es de escasos recursos, bueno, veamos de qué manera se evita que esa mujer se embarace de nuevo, ¿pero por qué tenemos que llegar a que se embarace?… Es que aquí no se trata que la gente pueda o no pueda abortar, pues el tema es sanitario y educativo.
Entonces, lo ideal es que las mujeres jamás tengan que llegar a la situación de tener que abortar. Ahora, si nosotros abrimos el aborto sin abordar esos otros ámbitos, no vamos a estar solucionando el tema de fondo. Así pues, es preciso ampliar la discusión a la Educación Sexual”.