El senado de Brasil «invitará» al embajador de Estados Unidos, Thomas Shannon, a que brinde explicaciones sobre las denuncias de espionaje de agencias estadounidenses a ciudadanos y empresas brasileños, mientras Brasilia «aún» espera «una respuesta formal» de Washington sobre el asunto.
La Comisión de Relaciones Exteriores del Senado aprobó hoy invitar a Shannon y también a los ministros brasileños de Defensa, Celso Amorim, y de Comunicaciones, Paulo Bernardo; al canciller, Antonio Patriota, y al jefe del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia, José Carvalho Siqueira.
Aunque ninguno de los «invitados» está obligado a comparecer, la Comisión busca obtener información sobre la nota publicada el domingo pasado por el diario brasileño O Globo y el británico The Guardian que afirma que Brasil es «el país más vigilado de América latina» por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en inglés) estadounidense.
El artículo se basó en datos aportados por el ex agente de la NSA Edward Snowden, quien por esas y otras filtraciones de actividades de espionaje es requerido por Estados Unidos.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, senador Ricardo Ferraço, reveló que el grupo desea indagar también al periodista inglés residente en Brasil Glenn Greenwald -quien trabaja para The Guardian y recibió los documentos de Snowden- y a los máximos ejecutivos de las filiales brasileñas de las empresas Google y Facebook, Fabio Coelho y Alexand Hohagen.
Ferraço afirmó que los senadores desean enterarse de los rumbos de las investigaciones iniciadas por el gobierno brasileño sobre las denuncias, que sostienen que en la última década la NSA monitoreó millares de llamadas telefónicas y mensajes de correo electrónico de personas en territorio brasileño y que, al menos hasta 2002, una base de espionaje de esa agencia estadounidense estuvo operativa en Brasilia.
«Esperamos enterarnos de los detalles de las investigaciones y de las conclusiones del Poder Ejecutivo y también queremos saber cómo está preparado el país para este tipo de problema», subrayó Ferraço, según reportaron las agencias Ansa, DPA y EFE.
«Todavía no sabemos si la base que publicó O Globo sigue con sus tareas; esto debe ser respondido por los ministros que tienen competencia en el tema», señaló el senador oficialista Eduardo Suplicy.
En tanto, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso -quien gobernó entre 1995 y 2003- afirmó que no estaba al tanto de que Estados Unidos tuviera una base de espionaje en el país.
«Nunca supe que hubiera espionaje de la CIA (sigla en inglés de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense) en mi gobierno», escribió en su cuenta de Facebook el líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal fuerza opositora.
Paralelamente, Patriota resaltó que el gobierno brasileño continuaba esperando una respuesta de Washington sobre el asunto.
«Se ha transmitido un pedido formal de explicaciones y aún esperamos una respuesta formal», dijo el canciller durante una rueda de prensa que ofreció junto a su colega uruguayo, Luis Almagro, a quien recibió hoy en Brasilia.
El mismo domingo, horas después de la publicación de la nota, Patriota afirmó que «el gobierno brasileño solicitó explicaciones al gobierno estadounidense tanto por intermedio de la embajada de Brasil en Washington como del embajador estadounidense en Brasil».
El tema fue analizado ayer en una conversación entre el ministro Bernardo y Shannon, de la que no trascendieron detalles, y en una reunión que la presidenta Dilma Rousseff mantuvo hoy con varios de sus ministros, según reveló Patriota.
«Tenemos que ver (el tema) sin precipitación, pero la posición de Brasil es clara, no concordamos con interferencias de este tipo», dijo ayer Rousseff.
«Vamos a presentar la propuesta a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, pues uno de los preceptos fundamentales es la garantía de la libertad de expresión, pero también de los derechos individuales, principalmente el de la privacidad, que también está garantizado por nuestra Constitución», añadió la mandataria.
La denuncia de espionaje, que no se limitó a Brasil sino que incluyó a países de todo el mundo -incluidos varios de América Latina-, generó hoy reacciones en la Argentina y Ecuador.
«Me corrió frío por la espalda al enterarme de que nos espían de Estados Unidos», dijo la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien pidió «un fuerte pronunciamiento y un pedido de explicaciones» de parte de la cumbre de mandatarios del Mercosur que sesionará este viernes en Montevideo.
«No hay ningún recato cuando se trata de cumplir normas internacionales; es una posición inaceptable que todos los países seamos vigilados», manifestó el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño.