Reporteros sin Fronteras pide al Congreso de Estados Unidos que cree una comisión de investigación encargada de esclarecer los nexos que existen entre los servicios de Inteligencia estadounidenses y las nueve compañías consideradas los “gigantes de Internet”. La comisión de investigación deberá identificar a todos los países y las organizaciones que hayan participado en el dispositivo de vigilancia masiva puesto en marcha por las autoridades estadounidenses, como lo revelaron estos últimos días el diario estadounidense The Washington Post y el británico The Guardian.
Según estas revelaciones, la empresa Verizon entrega a diario a la Agencia de Seguridad Nacional (National Security Agency, NSA) los registros de llamadas telefónicas de millones de ciudadanos estadounidenses y extranjeros. Nueve gigantes de Internet, entre ellos Microsoft, Yahoo, Facebook, Google, Skype y Apple habrían facilitado a la NSA y al FBI el acceso a los datos de sus usuarios. Así, los servicios de inteligencia estadounidenses tendrían acceso a todos los mails, archivos de audio y video, conversaciones de chat y a la información de conexión que circulan en los servidores de estas compañías. Según The Guardian, el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (Governement Communication Headquarters, GCHQ), el equivalente británico de la NSA, también tendría acceso a los datos recabados con el programa Prism.
La comisión del Congreso deberá evaluar hasta qué punto los datos recabados y transferidos atentan contra la vida privada y, por ello, contra la libertad de expresión y de información. Los resultados de esta comisión no deberían clasificarse como “secreto de Defensa”, pues estas cuestiones, protección de la vida privada y libertad de expresión, son de interés público.
En su último informe –sometido a votación en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas el 3 de junio pasado– Frank LaRue, relator especial de la ONU, consideraba que la protección de la vida privada es un corolario necesario para la libertad de expresión y opinión. Por su parte, Reporteros sin Fronteras recuerda que el carácter confidencial de los intercambios entre los periodistas y sus fuentes es una condición necesaria para el ejercicio de la libertad de información.
Mientras que el gobierno de Obama reconocía el 7 de junio pasado la existencia de estos dos programas de vigilancia masiva, las compañías acusadas de participar en el programa Prism negaron estar implicadas y dijeron incluso ignorar su existencia.
Según este documento, el programa Prism comenzó a funcionar en 2007 con la aprobación del Congreso.