Según las indignadas, las madres con pañuelos y burkas se enfrentan a la discriminación, a causa de un nuevo reglamento.
En este sentido, los manifestantes reclamaron libertad religiosa y pidieron libertad para decidir sobre la educación de sus hijos.
Los presentes en esta marcha aseguraron que las mujeres musulmanas en el Estado europeo son objeto de todo tipo de discriminaciones por llevar el hiyab.
Este símbolo de su condición musulmana, como es el pañuelo en la cabeza, trae desprecio y comentarios llenos de odio.
También, las mujeres musulmanas en otras partes de Europa se enfrentan a problemas similares.
Desde 2011, está en vigor, tanto en Bélgica como en Francia, la prohibición del velo integral, como el burka y el nigab. La ley prohíbe su uso en espacios públicos, y las infractoras pueden ser multadas con entre 82,50 y 137,50 euros, y una pena de prisión de entre uno y siete días.