Mediante un breve comunicado, el Consejo de Ministros del Gobierno luso informó el domingo que llegaron a un acuerdo con la troika, compuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión y el Banco Central Europeos, sobre las nuevas medidas de austeridad, que prevén un gravamen a las pensiones. De esta forma, dieron por concluidos los trabajos relativos al séptimo examen de sus acreedores.
Tras lo acordado, el Ejecutivo portugués espera una extensión de los plazos de la devolución de los paquetes de rescate que le entregaron los ministros europeos de Economía y Finanzas (Ecofin).
El pasado día 3 de abril, el primer ministro conservador Passos Coelho anunció un nuevo paquete de austeridad, que consiste en despedir a unos 30.000 funcionarios, aumentar la edad de la jubilación a un año más y ampliar el horario laboral de 35 a 40 horas a la semana.
El nuevo plan de austeridad se ha enfrentado con la negativa de la oposición lusa.