A pesar del fuerte despliegue de las fuerzas de seguridad, cerca de 6 000 personas en Berlín, la capital, y otras 1 400 en Hamburgo realizaron marchas en las que lanzaron botellas contra los vehículos policiales, dañaron varios coches y rompieron los cristales de varias entidades bancarias.
En Hamburgo, la policía alemana respondió a estos actos vandálicos con cañones de agua.
«El gran número de participantes envía una clara señal en este año electoral 2013: no se pueden ignorar los asuntos sindicales y las reivindicaciones de las trabajadoras y los trabajadores», afirmó en Berlín Michael Sommer, presidente de la Federación de Sindicatos Alemanes (DGB, por sus siglas en alemán).
Durante la jornada del miércoles, en el país germano fueron convocados unos 400 actos de protesta por la DGB, mientras que en varias ciudades los grupos izquierdistas trataron de bloquear las marchas planeadas por el ultraderechista Partido Nacional Democrático (NPD, por sus siglas en alemán).